En Mateo 10:41, Jesús enseñó: «El que recibe a un profeta porque es profeta, recibirá igual recompensa que el profeta…». Es importante que tú colabores con un ministerio productivo de primera línea, para que puedas recibir bendiciones terrenales y celestiales. En este versículo, Jesús declara que Dios no hace acepción de personas. Él no pone a una persona más alto que la otra. Esto quiere decir que cuando colaboras con un ministerio, estás compartiendo de manera equitativa la recompensa de ese ministerio.

El apóstol Pablo elogió a los Filipenses por su obediencia a la hora de dar, cuando nadie lo hacía. Él dijo que hubiera hecho el trabajo por sí mismo, sin embargo, su deseo era que el fruto abundara en la cuenta de ellos. Es significativo notar que cuando Pablo escribió Filipenses 4:19, estaba hablándole directamente a sus colaboradores: «Así que mi Dios suplirá todo lo que les falte, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús».