La mayoría de nosotros ya nos dimos cuenta de que fuimos librados de la muerte espiritual, y que fuimos arrebatados de un tren que se dirige hacia el infierno. Sabemos que nuestra salvación cambió nuestro destino final. Sin embargo, hay algo que muchos de nosotros no nos hemos dado cuenta, y es que no debemos quedarnos sentados hasta que eso suceda, con nuestro equipaje espiritual en las manos, esperando morir e irnos...