“Que sean profundamente arraigados en el amor y fundamentados con
seguridad en él, que tengan el poder y sean fuertes para aprender y asimilar
con todos los santos [el devoto pueblo de Dios, la experiencia de ese amor],
cuán ancho, largo, alto y profundo es [el amor]”
(Efesios 3:17-18, AMP).

Existen algunas oraciones bíblicas que usted puede repetir, las cuales le ayudarán a crecer más fuerte en el amor. Una de éstas es la oración que plasmó el apóstol Pablo en Efesios 3. Sería bueno que la repitiera para sí, tan a menudo como el Espíritu Santo se la recuerde.

Quizá usted pregunte: “Pero ¿por qué debo orar para recibir el amor? Yo creía que en la Biblia se estipulaba que ya poseo el amor de Dios derramado sobre mi corazón”.

Así es, sin embargo, eso no significa que esté actuando conforme a éste a plenitud. Tampoco quiere decir que esté fluyendo automáticamente y en abundancia a través de usted. Aunque el amor de Dios habita en su interior, quizá usted no esté arraigado ni fundamentado en éste. Además, es probable que no comprenda mucho acerca de su profundidad y de su poder.

La revelación plena del amor, proviene del Espíritu Santo. Él puede iluminar en gran manera el amor de Dios en su corazón, al punto que comience a verlo y experimentarlo como nunca antes. En Efesios 3:19, leemos que Él puede hacer que usted conozca ese amor en una forma que sobrepasa el entendimiento mental.

Lo cual sólo se logra a través del encuentro personal. Es decir, la clase de relación íntima que hace que dos personas sean una.

Nuestra vida será transformada al comenzar a recibir ese tipo de revelación acerca del amor de Dios. El amor ya no será sólo una acción, sino se convertirá en el hilo que teje nuestro corazón y nuestra vida. Llegaremos a ser uno, no sólo con Dios sino con los demás; es decir, con todos los santos. Nuestro corazón estará entrelazado en Cristo Jesús.

Ya no será importante ni para usted ni para mí, cuál es nuestra denominación. Pues el vínculo de amor entre nosotros hará que eso sea irrelevante. El mismo amor que nos compromete con Jesús a estar dispuestos a entregar nuestra vida por Él, hará que estemos comprometidos y dispuestos a entregar nuestra vida unos por otros.

De pronto, los conceptos bíblicos como el de la prosperidad, ya no significarán lo mismo para nosotros. Por ejemplo, el significado de la prosperidad ya no será tener suficiente sólo para suplir nuestras necesidades; sino tener más que suficiente para suplir las necesidades de los demás. Ésa es la clase de gracia y revelación del amor que proviene del Espíritu Santo, la cual vino sobre la Iglesia Primitiva. Ésta hizo que ellos vendieran sus propiedades, y lo que obtuvieron de éstas lo entregaran para que nadie padeciera escasez. Si oramos y continuamos creciendo en amor, de seguro volveremos a recibir esta revelación.