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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Un legado digno del SEÑOR

Gloria Copeland
«En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos
con los otros.»
(Juan 13:35)

¿Cuál es su mayor anhelo en la vida?

¿Alguna vez había pensado en eso? Si Jesús tardara en venir, y usted viviera la cantidad total de sus días, ¿qué legado dejaría? ¿Cómo sería recordado?

Pareciera que muchas personas de los círculos cristianos de hoy en día, desean ser recordadas como gigantes de fe y de poder. Algunos quieren ser exitosos en el área financiera, y ofrendar grandes cantidades de dinero en el reino de Dios. Otros sueñan con la idea de tener una gran reputación como maestros o teólogos, a fin de servir de ejemplo a los demás en los años venideros.

Considero que todas esas cosas son buenas, pero no puedo dejar de preguntarme qué tipo de impacto causaríamos, como creyentes, si todos hiciéramos de nuestro objetivo principal; o el mayor anhelo de nuestra vida: ser las personas más amorosas que el mundo haya conocido. ¿Qué sucedería si nuestro objetivo más grande fuera amarnos unos a otros?

Le diré que pasaría. Por fin el mundo se daría cuenta que en realidad somos discípulos de Jesús. Al fin verían, y reconocerían a Dios a través de nosotros.

El mundo está hambriento por recibir ese tipo de amor. Ese amor es la única cura para el rechazo y la inseguridad que afecta nuestra vida. El amor es el único remedio para la depresión, y la opresión que el mundo experimenta a diario. Por supuesto, la gente anda buscando el amor en los lugares equivocados,  pero aún así lo están buscando.

¡Imagínese qué sucedería si de pronto ellos comenzaran a ver el amor en nosotros!

En una oportunidad, leí la historia de una misionera en China quien vivió en una gran manifestación de amor, y se sacrificó tanto, que las personas a su alrededor ablandaron su corazón. Aunque las personas de las que se rodeaba estaban hundidas en el pecado y la crueldad; es decir, cuyos corazones eran rebeldes y despreciaban las cosas de Dios. Fueron alcanzados por la influencia de la amabilidad y la bondad de aquella mujer. Aunque era una mujer de baja estatura, su vida levantó una gran cosecha de almas para el SEÑOR. Y lo más importante de todo, los chinos la llamaban: “La que ama”.

¿No sería maravilloso que en los días que están por venir, las personas del mundo llamaran a la Iglesia de esa manera? ¿No sería grandioso que en lugar de que se refirieran a nosotros como los “derechistas” o “conservadores” (aunque están bien esos títulos), se refirieran a nosotros como “Los que aman”? 

En realidad, ese sería el más grande legado que pudiéramos dejar… y el único que en realidad es digno de nuestro SEÑOR.

Acerca de:Gloria Copeland

Gloria Copeland

Gloria Copeland es una autora destacada y ministra del evangelio, cuya misión de enseñanza es conocida a nivel mundial. Los creyentes de todas partes del planeta la conocen por medio de distintas Conferencias de Creyentes y Campañas de Victoria, artículos de revistas, discos compactos y videos de enseñanzas, y a través del programa televisivo La Voz de Victoria del Creyente. Ella es anfitriona del programa junto a su esposo Kenneth Copeland. Gloria es conocida también por La Escuela de Sanidad, la cual inició en 1979 en las reuniones de KCM, enseñando así la Palabra de Dios a millones de personas y compartiendo las claves de una vida
cristiana victoriosa.
Gloria Copeland ha escrito muchos libros, entre los cuales se encuentran: La voluntad de Dios para usted, La voluntad de Dios es la prosperidad, Walk With God, Hidden Treasures y To Know Him. Ella y su esposo han sido coautores de diversos materiales entre los que figuran: Healing Promises, En búsqueda de Su presencia, Promesas para la familia, y el devocional diario best seller Crezcamos de fe en fe: Una guía diaria para la victoria.
Gloria tiene un doctorado honorífico de la universidad Oral Roberts. En 1994 recibió la distinción de Mujer cristiana del año, un reconocimiento que se otorga a mujeres cuyo ejemplo de liderazgo cristiano es excepcional.  También es cofundadora y vicepresidenta de los Ministerios Kenneth Copeland de
Fort Worth, Texas.