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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Sea constante

Gloria Copeland
compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo»
(Hechos 2:37- 38).

Cuando los discípulos se reunieron en común acuerdo y fueron bautizados en el Aposento Alto, una gran multitud de personas se reunió en Jerusalén para averiguar de qué se trataba todo ese ruido. Entonces Pedro salió y les indicó que realizaran lo mismo que él y el resto de discípulos. ¡Arrepiéntanse!

En esencia Él manifestó lo siguiente: “Actúen como nosotros: ¡arrepiéntanse! y también serán bautizados en el Espíritu Santo”. Y así fue, se arrepintieron y el Espíritu fue derramado sobre ellos. Usted podría expresar: “Bien hermano Copeland, hace seis años en nuestra iglesia se llevó a cabo un servicio de arrepentimiento.

Todos pasaron al altar y lloraron; fue algo grandioso”. Estoy seguro que así fue, pero ese acto de arrepentimiento que sucedió hace seis años, no lo pondrá hoy en un lugar de gloria. Si nos encontramos en medio de este derramamiento, debemos actuar como la Iglesia primitiva.

En Hechos 2:46, leemos que ellos perseveraban unánimes en el templo y participaban de la Santa Cena en los hogares. Ellos no pararon de orar ni de arrepentirse después de que el derramamiento descendió aquel día glorioso; ellos no sólo tuvieron una reunión grandiosa, para luego regresar a casa a mirar televisión, y disgustarse el uno con el otro.

¡No! Ellos permanecieron en la Palabra y en común acuerdo. Cuando surgía un inconveniente, los discípulos escogían a siete hombres de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de poder, e iban y arreglaban el problema (Hechos 6:1-8). Después de solucionar todo, la gloria descendía. ¿Qué significa esto para usted y para mí?

Quiere decir que si nos arrepentimos constantemente y nos despojamos a diario del pecado de nuestra vida, y además nuestra actitud hacia nuestros hermanos y hermanas en Cristo es la correcta; entonces en este día de gloria, Dios obrará maravillas a través de nosotros. No sólo en la iglesia, sino también en el lugar de trabajo, en la reunión de padres de familia y maestros y en la abarrotería. La gloria nos vivificará. Nos convertirá en portadores del poder sanador, transformador y obrador de milagros de Dios.

El Señor nos usará para llevar los ríos de Su presencia a los lugares secos. Él nos utilizará para despertar a aquellos que se han quedado dormidos, a fin de que los sacudamos desde la misma planta de sus pies… y los muertos ¡resucitarán en cada rincón del planeta!

Declare la Palabra:
Yo permanezco en la Palabra; por tanto, soy un discípulo de Jesús
(Juan 8:31).

Acerca de:Gloria Copeland

Gloria Copeland

Gloria Copeland es una autora destacada y ministra del evangelio, cuya misión de enseñanza es conocida a nivel mundial. Los creyentes de todas partes del planeta la conocen por medio de distintas Conferencias de Creyentes y Campañas de Victoria, artículos de revistas, discos compactos y videos de enseñanzas, y a través del programa televisivo La Voz de Victoria del Creyente. Ella es anfitriona del programa junto a su esposo Kenneth Copeland. Gloria es conocida también por La Escuela de Sanidad, la cual inició en 1979 en las reuniones de KCM, enseñando así la Palabra de Dios a millones de personas y compartiendo las claves de una vida
cristiana victoriosa.
Gloria Copeland ha escrito muchos libros, entre los cuales se encuentran: La voluntad de Dios para usted, La voluntad de Dios es la prosperidad, Walk With God, Hidden Treasures y To Know Him. Ella y su esposo han sido coautores de diversos materiales entre los que figuran: Healing Promises, En búsqueda de Su presencia, Promesas para la familia, y el devocional diario best seller Crezcamos de fe en fe: Una guía diaria para la victoria.
Gloria tiene un doctorado honorífico de la universidad Oral Roberts. En 1994 recibió la distinción de Mujer cristiana del año, un reconocimiento que se otorga a mujeres cuyo ejemplo de liderazgo cristiano es excepcional.  También es cofundadora y vicepresidenta de los Ministerios Kenneth Copeland de
Fort Worth, Texas.