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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Reconociendo a su verdadero enemigo

Kenneth Copeland
«Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados,
contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,
contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes»
(Efesios 6:12).

¿Alguna vez se ha preguntado cómo pudo Jesús ver con misericordia a aquellos que lo estaban crucificando, —a quienes se burlaron de Él, lo escupieron y lo sentenciaron a muerte— y orar por ellos, de la siguiente manera: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen» (Lucas 23:24)? ¿Cómo pudo en medio de tal sufrimiento responder con tan grande amor? ¿Por qué no se enojo ni actúo con amargura en contra de esas personas, la causa de la conducta tan ruín que tenían hacia Él?

Porque Jesús sabía que ellos no eran sus verdaderos enemigos. Cristo vivió conforme al espíritu, comprendió que el reino espiritual es más real que el reino natural. El reino espiritual es donde sus verdaderos enemigos, el diablo y todas sus fuerzas demoniacas, obran. Sus enemigos fueron quienes en realidad presionaron e incitaron a la gente a gritar: “¡Crucifíquenlo!”. Utilizaron a las personas, a fin de llevar a cabo su perversa labor.

Por tanto, Jesús los contraatacó con el arma más efectiva del arsenal de cielo: el poder del amor.

Si Jesús hubiera respondido con amargura y falta de perdón hacia las personas que lo crucificaron, el diablo habría frustrado todo el plan de salvación. Hubiera conseguido que Jesús pecara, y no habría sido el Cordero sin mancha para el sacrificio.

Sin embargo, Jesús no cayó en esa trampa. Reconoció que Su lucha no era contra carne ni sangre, sino contra principados, potestades, gobernadores de las tinieblas y espíritus inmundos en las regiones celestes. Y Él ganó esa guerra, con la compasión de Dios. La ganó porque sus emociones no lo gobernaron, Jesús obedeció al Espíritu Santo de Dios quien es la Compasión en persona. Como siempre, Jesús obedeció a Su Padre y, de ese modo, actuó en amor.

Quizá usted exprese: “Pero ése era Jesús, tenía una comunicación directa con el Padre. ¡Y yo no!”. Usted también podría tenerla. Posee la habilidad, por medio del mismo Espíritu Santo que habitó en Jesús, para actuar motivado por la compasión de la misma manera en que Él lo hizo. En Romanos 5:5, se nos enseña que el amor de Dios se ha derramado en nuestro corazón por el Espíritu Santo. Sólo debemos tomar la decisión de actuar motivados por Su amor, no por nuestros sentimientos.

No importa con cuánta ferocidad ruja el diablo contra nosotros, podemos vencerlo al usar las armas espirituales —no contra las personas que nos lastiman, sino contra las fuerzas de las tinieblas—. Podemos levantarnos como más que vencedores, y obtener la victoria con el poder del amor.

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.