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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

¡Quítese el barril de encima!

Kenneth Copeland
«Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.» (Deuteronomio 28:2)

Hoy en día, cuando declaro que la Palabra puede sanar el cuerpo, pagar las deudas y traer victoria a cada área de la vida, no todos me creen. La mayoría no lo admite; sin embargo, es verdad.

Ellos no dudan a propósito de la Palabra; pues se encuentran tan abrumados por los problemas que no están seguros si algo (natural o sobrenatural) puede ayudarlos.

Cuando nos ven, a Gloria y a mí, tan bendecidos y prósperos, piensan: “Para ellos es fácil vivir por fe porque gozan de una vida grandiosa. No obstante, ¿qué lograría hacer Dios con una vida tan arruinada como la mía?”

Si siempre lucha con esta pregunta, le explicaré lo siguiente: Dios puede darle más abundantemente de lo que pueda pensar o pedir. Después de más de 40 años de ministerio puedo asegurárselo; no sólo porque es la Palabra, sino porque es una realidad para mí.

No siempre fui bendecido. Cuando empecé a aprender acerca de la fe, yo había fracasado en todas las áreas de mi vida. No sólo estaba en el fondo del barril, sino debajo, ¡con el barril encima de mí! Pero un día leyendo Deuteronomio 28, visualicé todas las bendiciones que el pueblo de Dios debería poseer.

Siendo honesto, me enfurecí. Me preguntaba: ¿Dónde están todas las bendiciones que supuestamente me pertenecen? A mí parecer, no gozaba ni siquiera una de esas promesas.

No poseía ningún terreno ni granero. De hecho, me habían enseñado que Dios no me bendeciría ni siquiera con un granero porque Él deseaba que yo no tuviera nada. 

Sin embargo, en los versículos 11 y 12 del capítulo 28, Dios me prometió que me haría sobreabundar en todo, que yo le prestaría a las naciones y que ¡nunca pediría prestado!

Eso me pareció muy bueno, pues lo único que hacía era tomar prestado; es más, desde que fui adulto dependí del dinero prestado (Gloria siempre dice que probablemente desde pequeño había pedido prestado).

Quizá la religión trate de robarle todas estas bendiciones. Es posible que sus amigos y su familia intenten apartarlo de éstas… pero usted debe fijar sus ojos y sus oídos en la Palabra. Quítese el barril de encima, y atrévase a creerle a Dios para sus necesidades, para sus finanzas, y para su sanidad. Reciba Deuteronomio 28 como la voluntad de Dios para su vida. ¡Y observe cómo el Señor le provee mucho más abundantemente de lo que usted puede pedir o pensar!

Lectura bíblica: Génesis 12-13; Mateo 7

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.