«Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo… Y los que creían en el Señor aumentaban más.»
(Hechos 5:12, 14)

Si hoy en día, la Iglesia obtuviera una revelación de lo que sucedió cuando Jesús resucitó de entre los muertos, si descubriera la gracia de Dios y cómo funciona; le sucedería lo mismo que a la congregación descrita en Hechos 5. Seríamos valientes, pero no con una valentía fingida, la cual fracasa, sino con la inspiración del Espíritu Santo; es decir, la valentía que proviene de Dios y que hace que los milagros se manifiesten.

Si desea ver qué ocurre cuando esa clase de valentía se presenta, lea el capítulo completo de Hechos 5. En medio de los apóstoles hubo muchas señales y maravillas, las personas fueron salvas, los enfermos sanaron y otros recibieron liberación. 

Por años leí este versículo, y creía que sólo los apóstoles habían estado involucrados en este gran mover de Dios. Sin embargo, no fue así. Pues hubo una multitud completa de creyentes, sobre los cuales reposaba ¡la grandiosa gracia! Por esa razón, fueron llenos con el Espíritu Santo y hablaron la Palabra con denuedo. 

Este grupo predicó acerca de la Resurrección por todo el pueblo hasta que esas multitudes se unieron a la Iglesia. Luego esas personas comenzaron a llevar a cada uno de los enfermos a las calles para que los sanaran; eran tantos que ¡toda el área se llenó! 

Usted y su iglesia pueden adquirir esa clase de valentía. Ésta se encuentra disponible para todos los cristianos, y puede obtenerla por medio de la fe. Los creyentes de Hechos 4 y 5 la obtuvieron al predicar y creer en Dios… y llenaron todo el pueblo con el mensaje de la ¡gracia de Dios!

¿Quiere transformar su comunidad por completo para el Señor? Entonces aférrese a la Palabra, atrévase a creerla. Luego predíquela por fe con valentía. Pronto las personas saldrán por las calles, y correrán hacia su casa, pues sabrán dónde recibirán salvación, sanidad y libertad.