«Mientras el músico tañía el arpa, la mano del SEÑOR vino sobre Eliseo, y
éste dijo: —Así dice el SEÑOR: Abran zanjas por todo este valle, pues aunque
no vean viento ni lluvia —dice el SEÑOR—, este valle se llenará de agua, de
modo que podrán beber ustedes y todos sus animales.” Esto es poca cosa para
el SEÑOR, que además entregará a Moab en manos de ustedes»
(2 Reyes 3:15-18, NVI).
Cuando se encuentre en medio de una situación imposible de solucionar, o está atravesando un problema, y necesita un milagro; recuerde dos cosas: Dios lo ama, y realizar milagros es algo fácil para Él.
Eso le dijo el profeta Eliseo a los tres reyes, quienes necesitaban la ayuda del SEÑOR para derrotar al ejército de Moab. Ellos habían cometido grandes errores. No habían hecho todo lo que Dios les había ordenado que realizarán, y como resultado, estaban enfrentando una situación de vida o muerte. Sus ejércitos y animales estaban muriendo de sed. Se enfrentaban a un enemigo peligroso, y no contaban con las fuerzas necesarias para derrotarlos.
Aunque ellos mismos se metieron en esos problemas, Dios no los abandonó. Él no se quedó de brazos cruzados ni les dijo: “Yo no sé amigos, éste es un problema muy difícil, haré lo que pueda; pero no estoy seguro de poder ayudarlos”.
No, Dios afirmó: “Resolver esta situación es fácil para Mí”.
¿Acaso no es bueno saber que las cosas que usted piensa que son un gran desafío para su vida, resultan ser algo fácil para nuestro grandioso y amoroso Dios? Para Él es fácil sanar su cuerpo, estabilizar su situación financiera y resolver las situaciones imposibles. Para Dios no es difícil realizar ninguno de esos milagros. Ni siquiera detener el sol fue un desafío para Su fuerza. No luchó ni se estresó para abrir un camino en medio del Mar Rojo. Realizar esas hazañas es muy fácil para Dios.
La única dificultad que Dios enfrenta, es encontrar personas que confíen en Él y que crean en Sus palabras. Medítelo, y se sorprenderá de cuán cierta es esa verdad. Después de todo, Él es un Dios bueno. Durante miles de años, Él ha permanecido fiel y ha liberado a Su pueblo. ¿Entonces por qué es tan difícil para nosotros, tener paz y confiar en Él?
Porque el diablo, de manera constante nos miente acerca de Dios, y nos bombardea con pensamientos que aseguran que a Dios no le importa lo que suceda con nosotros. Nos presiona con circunstancias y promueve la idea de que Dios nos ha abandonado, y no nos ayudará en los tiempos de necesidad.
No acepte esas mentiras. Combátalas con la fe y con la PALABRA de Dios. Mantenga viva en su corazón, la verdad del amor de Dios y Su poder. Y cuando se enfrente a lo imposible, no entrará en pánico; pues sabrá que Dios lo cuidará, y que fácilmente obrará un milagro en su vida.