«Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.»
(Hebreos 4:12)

¿Cómo es posible que la Palabra de Dios produzca un resultado para una persona y otro muy distinto en la vida de otra?

Esto se debe a que ¡la Palabra es viva; está llena de vida! Por tanto, ésta administra vida dondequiera que se aplique. No importando cuán oscuras y fatales sean sus circunstancias, hay suficiente vida en la Palabra de Dios para vencer toda clase de muerte que el mundo, el diablo o las circunstancias le puedan traer.

En la Biblia se compara a la Palabra con una semilla. Toda semilla cuenta con el ADN necesario para reproducirse según su especie. Por ejemplo; si se trata de una semilla de durazno, en la semilla se encuentra todo lo que se necesita para convertirse en un árbol de durazno.

De la misma manera, la Palabra posee vida sobrenatural en sí misma para cumplir las promesas de Dios en su vida. Usted la siembra en su corazón como una semilla; sin embargo, cuando crece produce: salvación, prosperidad, sanidad, liberación, y ¡cualquier cosa que Dios le haya prometido!

Si hoy usted tiene una necesidad, vaya a la Palabra de Dios. Encuentre una promesa para afianzarse a ella, sin importar la necesidad que sea… comience a depositar esa semilla en su corazón. Dígalo en voz alta una y otra vez, y mientras usted permite que esa Palabra se enraíce en su interior; ésta se convertirá en una realidad para su vida, y luego ¡vea cómo cobra vida!