«Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.»
(Gálatas 6:10)
Según Gálatas 6:10, si usted ha nacido de nuevo, ya es miembro de la familia de la fe.
“Pero hermano Copeland, yo no considero tener fe”.
¡Sí, la tiene! No podría formar parte de la familia de la fe si no la poseyera. Y sin fe no podría ser una nueva criatura. Establezca ahora mismo en su mente y en su corazón que el Señor ya le ha dado Su fe. Él no le concedió menos de la medida que le corresponde. Le proveyó suficiente fe para arremeter contra cualquier monte que se interponga en su camino.
Dios espera que usted la utilice, y Él la desarrollará al punto en el que su cuerpo sea sano, y que su familia prospere y sea bendecida. Él desea que la use para salvar a sus seres queridos, y que obtenga cada una de las promesas que le han sido dadas a través de Su Palabra.
Si no ha tenido mucho éxito en estas áreas; no es por falta de fe, sino porque la medida que posee no ha sido desarrollada. Usted sólo ha permanecido acostado en un sofá, comiendo basura espiritual y mirando videos todo el día. Entonces cuando el diablo derribó su puerta y le anunció que traería sobre su familia enfermedad y calamidad, usted no contaba con la suficiente fortaleza para detenerlo.
No obstante, no se desanime. Venga, y únase a nosotros en el gimnasio de Dios, y comience a ejercitarse. Empiece a leer su Biblia, a escuchar prédicas, a tener comunión con el Señor y a entrenar su fe hasta que se convierta en un Schwarzenegger espiritual.
Entonces la próxima vez que el diablo venga y se abalance contra su puerta, usted podrá pararse y mostrar esos músculos, exclamándole: ¡Detente ladrón! No vas a ejercer dominio sobre esta familia. Me pertenece, y no puedes tocar nada de lo que hay en ella. Te haré pedazos con la Palabra de Dios. Ahora vete, y no quiero ver tu repugnante rostro por este lugar.
A eso le llamo actuar conforme a lo que usted es… ¡un miembro de la familia de la fe!