«…Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán. Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle. Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador.»
(Génesis 37:17-19)
La historia de José, la cual se relata en el Antiguo Testamento, se refiere a un hijo a quien su padre amaba mucho. Trata acerca de un joven a quien Dios le dio sueños y se atrevió a creerlos. También es la historia de aquellos que no tenían sueños propios y, trataron de robar y destruir el sueño de su hermano. Sin embargo, los hermanos de José no pudieron robar ese sueño, pues él se mantuvo confiado en Dios aun en medio de las circunstancias difíciles, hasta que vio su sueño hecho realidad.
Ésa no sólo es la historia de José, también es su historia; pues usted es un hijo a quien Su padre ama mucho. Usted tiene un destino, y un sueño que Dios le ha dado. Ahora, la pregunta es: ¿Se atreverá a creerlo y permanecerá firme hasta ver ese sueño hecho realidad?
Hace años, Gloria se formuló la misma pregunta mientras leía un libro del hermano Oral Roberts. En el libro, él retaba a los creyentes a escribir sus sueños, y a confirmarlos en la PALABRA de Dios. También los reto a que tomaran una postura firme de fe, y que se rehusaran a permitir que alguien los disuadiera de lo contrario. Y Gloria hizo exactamente lo que el hermano dijo. Escribió los sueños que Dios le había dado para su ministerio, para nuestra familia y para la casa que siempre había deseado.
Desde entonces, todos esos sueños se han vuelto realidad. Sin embargo, la manera en que se cumplió el sueño de la casa, fue uno de los más interesantes. Muchas veces, durante todos esos años, hubo circunstancias en las que parecía que el sueño de Gloria no se realizaría. Pero Gloria no le prestó atención a las circunstancias negativas. Siguió coleccionando revistas, fotos y artículos que le ayudaban con la visión y el plan de su casa.
Pero lo más importantes es que se mantuvo recopilando las promesas de la Palabra. Encontró escrituras con relación a la casa, al terreno, a los árboles y a los muebles. Tenía cubierto con la PALABRA cada detalle de la casa. Cada una de esas escrituras fortaleció su fe. Por fin, llegó el día en que su fe se convirtió en la evidencia de ese sueño (Hebreos 11:1). La casa fue construida, y ahora vivimos bajo el umbral del sueño de Gloria.
Dios lo ama tanto como a Gloria, y anhela cumplir sus sueños. Sin embargo, puede hacerlo sólo si usted se atreve a creer. Por tanto, comience a dar pasos de fe hoy. Escriba los sueños que Dios le ha dado, y las escrituras que respalden dichos sueños. Cultive el hábito de leer su lista de versículos y sueños. Luego, visualícese y hable como si ya fueran una realidad. No algún día, ¡sino ahora!
Quizá algunas personas se burlen e intenten desanimarlo. Y talvez las circunstancias parezcan estar firmes en su contra. Pero no permita que esas cosas lo detengan. Sea como José, manténgase firme confiando en Dios a pesar de todo. Viva de tal manera que cuando las personas lo vean digan: “He aquí viene el soñador”. Siga creyendo hasta que vea sus sueños hechos realidad.