«Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche.»
(Éxodo 13:21)
Es muy difícil describir en palabras la gloria de Dios. Pero el Señor nos da indicios de ésta en toda la Biblia. En Génesis, se menciona por primera vez la gloria, y ésta se refiere a las riquezas de Dios. Así que la gloria incluye Sus riquezas, pero es mucho, mucho más que eso.
En Éxodo, la gloria del Señor se manifestaba delante de los israelitas como una columna de nube durante el día y una columna de fuego de noche. Habacuc vio la gloria de Dios y la describió como una luz o resplandor que salía de Sus manos (Habacuc 3:4).
Sin embargo, la palabra gloria en realidad significa: poder. Dios está lleno de tal poder como para cumplir todo lo que usted pudiera desear o necesitar. Posee tanto poder para sanar, que si todo el mundo le creyera por su sanidad al mismo tiempo, nadie tendría que esperar hasta el siguiente día para ser sanado por que “Dios se hubiera cansado”.
En Hechos 5:15, este inmenso peso de la gloria fluía a través de Pedro, mientras él caminaba las personas sanaban:
«Entonces traían a los enfermos a las calles y los ponían en camas y lechos para que al menos la sombra de Pedro cayera sobre alguno de ellos».
En realidad la sombra de Pedro no los sanaba, sino la llenura de la gloria que rodeaba a este apóstol; es decir, la manifestación de la misma presencia de Dios.
Si usted necesita sanidad, estabilidad financiera o que sus relaciones sean restauradas; permanezca a la expectativa de la gloria. Eso es poder, hermano; y es todo lo que necesita.