«Seis cosas hay que odia el SEÑOR, y siete son abominación para El: ojos soberbios, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, un corazón que maquina planes perversos, pies que corren rápidamente hacia el mal, un testigo falso que dice mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.»
(Proverbios 6:16-19, LBLA)
Cuando usted rechaza por completo la contienda en su hogar, el diablo presiona más fuerte para provocar contienda en la iglesia. Hará que alguien sea rudo con usted y lastime sus sentimientos, o se asegurará de que usted se entere de algo malo que alguien haya hecho, y le dirá que le cuente a los demás.
Cuando él se le presente con esta oportunidad, ¡repréndalo de inmediato! Trate a esa tentación de chismear y de provocar contienda como si fuera una serpiente venenosa. Aléjese de esa tentación, y tome el camino correcto, pues ante los ojos de Dios, participar en contiendas es uno de los pecados mas serios.
Dios considera que provocar contienda es un pecado tan grave como el asesinato y la mentira. Por tanto, aléjese de ésta. Pídale a Dios que le revele si usted ha entrado en una contienda, aunque sea inadvertidamente. Quizá Él le recuerde que tiempo atrás usted estuvo envuelto en un chisme acerca de alguien, o hasta haya criticado al pastor. Si Dios se lo recuerda, arrepiéntase y propóngase desde ese momento que si alguna vez ve a su hermano pecar, usted hará lo que se indica en la Biblia. Usted creerá en Dios por él, orará por él y se esforzará en ayudarlo; en lugar de perpetuar el problema hablando con todos acerca de éste.
Dios le promete lo siguiente a quienes lo hagan: “Si alguien ve a su hermano [aun creyente] cometer un pecado que no [lo lleve a] la muerte (extinción de la vida) el orará y [Dios] le dará vida…” (1 Juan 15:16, AMP).
¡Analícelo! Usted tiene el poder, ya sea de lastimar o de ayudar al hermano que haya caído en pecado. Usted puede empeorar las cosas ofendiéndolo y provocando contienda… o puede hacer bien las cosas amándolo, orando y llevándole vida.
¿Qué escogerá? ¿La paz que Dios ama… o la discordia que Dios aborrece? Es muy claro que, su vida y la de otros serán en gran manera afectadas por lo que usted realice. Su decisión marcará la diferencia.