«Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.»
(Hebreos 5:13-14)

Muchas de las necesidades de los cristianos no han sido suplidas porque desconocen cómo vivir conforme a su pacto de redención. No es porque Dios no los ame, ni porque Él no haya preparado provisión para ellos. Sino porque ellos no han aprendido lo suficiente acerca de la PALABRA para participar de ella. Muchos tienen años de ser salvos, sin embargo, han permanecido como niños espirituales. Por tanto, son inexpertos en la PALABRA de justicia.

Por ejemplo, un bebé puede estar en una casa llena de provisión, pero eso no les haría ningún bien, ¿o sí? El refrigerador podría estar abastecido de toda clase de comida y el guardarropa lleno de cobijas y ropa. Podría haber suficiente dinero por toda la casa para que él comprara cualquier cosa que necesite, pero mientras sea un bebé; no podrá utilizar nada de esto.

Ésa es exactamente la situación en la que muchos cristianos se encuentran ahora mismo. Están rodeados de la provisión de Dios. En la Biblia leemos que Él ya les ha provisto todo lo perteneciente a la vida y a la piedad. Sin embargo, se encuentran en el suelo, llorando, pataleando, y diciendo: “Dios, ¡no entiendo! ¿Por qué no cuidas de mí?, ¿por qué no suples mis necesidades?, ¿acaso no me amas, Señor?”.

¡Claro que Él nos ama! Por eso planeó nuestra vida antes de la fundación del mundo, y apartó todo lo que pudiéramos necesitar; a fin de que fuéramos abundantemente BENDECIDOS. No obstante, Él también espera que nosotros maduremos. Él no está dispuesto a tratarnos como bebés para siempre. El SEÑOR necesita que nos paremos, tomemos nuestra Biblia y descubramos lo que nos ha provisto. Y espera que comencemos a recibir estas bendiciones por fe.

Quizá alguien diga: “¿Tomar nuestra Biblia?”.

¡Sí, su Biblia! Pues ésta es una copia del pacto que Dios estableció con usted. En ella se explican con detalle Sus promesas, y de ella obtenemos la revelación de todo lo que se nos ha dado. Si la lee, descubrirá que no existe tal cosa como los hijos de pacto de Dios que deban vivir sin que sus necesidades sean suplidas. Sólo hay hijos de pacto, que por su inexperiencia en la PALABRA, no pueden tomar ventaja de todo lo que se ha provisto.

Recuerde esto la próxima vez que piense que Dios no cuida de usted. Deténgase de inmediato y declare: No, ésa es una mentira del diablo. Dios ya ha suplido todas mis necesidades de acuerdo a sus riquezas en gloria. Después, tome su Biblia y descubra cómo apropiarse de esa provisión por fe. Deje atrás su niñez espiritual. Madure y goce de los beneficios de su pacto con Dios.