“¡Despiértense, ustedes que duermen! Levántense de entre los muertos…vivan
de manera poderosa, dignamente y con rectitud, no como los imprudentes e
insensatos, sino sean sabios —sensibles e inteligentes—, aprovechando bien el
tiempo [y cada oportunidad], porque los días son malos”
(Efesios 5:15-16, AMP).

Cuando sienta que está cediendo ante las presiones de la vida, y que está viviendo fuera del amor; no se rinda ni se desanime. No se condene por sus errores. ¡Anímese! Incremente su fuerza espiritual, alimentando su espíritu.

En otras palabras, invierta más tiempo con Dios en oración y meditando en Su PALABRA.

Si cree que no tiene tiempo, piénselo dos veces; pues estoy casi segura de que sí lo tiene. Si organiza su tiempo y aprovecha cada oportunidad para fortalecer su relación con el SEÑOR, se quedará sorprendido de la diferencia que marcará en su vida.

Por ejemplo, cuando se prepara en las mañanas para ir al trabajo, no desperdicie esos 15 minutos (si es hombre, y si es mujer le lleva más tiempo), dejando que su mente divague. Escriba algunos versículo, y péguelos en su espejo, medite en ellos y confiéselos. Añádales una melodía, y haga una canción.

Quizá usted se pregunte: “¿Tengo que realizar confesiones y canciones para mí?”.

¡Claro que sí! En la Biblia se nos explica que debemos hacerlo. En Efesios 5:19, se nos instruye a que cantemos entre nosotros con salmos, himnos y cánticos espirituales; es decir, hacer melodías en nuestro corazón para el SEÑOR. Al principio, sentirá vergüenza, ¡pero supérelo! No existe nada vergonzoso en edificarse y actuar conforme a la PALABRA de Dios.

Cuando esté conduciendo hacia su trabajo, hacia la tienda o adondequiera que se dirija; escuche una buena y ungida enseñanza de la PALABRA. Si no tiene enseñanzas en audio, compre algunas. En caso de no contar con esa opción, invierta esos minutos orando en el espíritu, edificándose en su santísima fe (Judas 20).

Permítame advertirle que por muy fáciles que parezcan esas instrucciones, su carne se negará a realizarlas al principio. Su carne preferirá ceder ante la pereza, y no hacer nada; pues de esa manera le gusta actuar. Sin embargo, evite que lo detenga. No permita que esos pequeños deseos de la carne, le roben la fuerza espiritual y el poder que se encuentran a su disposición.

Sea activo. Viva con propósito, y propóngase una meta. Sea sabio y aproveche cada oportunidad. Mantenga su espíritu lleno de vida y su corazón en óptimas condiciones, a fin de que pueda vencer todos los obstáculos y pueda vivir en amor