Apreciado(a) Colaborador(a),
Doy comienzo a esta carta recordándote cuánto te amamos, tanto Gloria como yo. Estábamos orando en el espíritu esta mañana, cuando de repente una unción especial llegó para BENDECIRTE y llevarte al trono de la gracia. Un equipo superior a los 400 empleados de KCM y la Iglesia Internacional Eagle Mountain oran por ti todos los días. ¡Lo sepas o no, eres muy especial en este lugar!
Vayamos a una de las escrituras más importantes, quizás la más importarte en la Biblia (Marcos 11:23-25). Es la enseñanza detallada de Jesús acerca de la fe en Dios y su funcionamiento. Piensa por unos instantes cuán importante es eso.
Mira Romanos 4:16:
16 Por tanto, la promesa se recibe por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia, tanto para los que son de la ley como para los que son de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.
Recuerda: sin fe, no hay gracia.
Hebreos 11:6 dice:
6 Sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe, y que sabe recompensar a quienes lo buscan.
Es IMPOSIBLE agradar a Dios sin fe. Romanos 4:16 nos aclara muy bien el porqué. La gracia es Su inmenso deseo de tratarte a ti y mí como si el pecado jamás hubiera existido. La fe es la sustancia, ese conector divino con las cosas que esperamos.
Ahora leamos Marcos 11:20-21:
20 A la mañana siguiente, cuando pasaron cerca de la higuera, vieron que ésta se había secado de raíz.
21 Pedro se acordó y le dijo: «¡Mira, Maestro! ¡La higuera que maldijiste se ha secado!».
Jesús respondió en el versículo 22 diciendo: “Tengan fe en Dios”.
“Pero hermano Copeland, necesito sanidad.”
“¡TENGAN FE EN DIOS!”
“Señor, mis finanzas son un desorden completo.”
“¡TENGAN FE EN DIOS!”
“¿Qué haremos con el lío en el que está el país?”
“¡TENGAN FE EN DIOS!”
“Pero mis hijos…”
“¡TENGAN FE EN DIOS!”
“Mi matrimonio…”
“¡TENGAN FE EN DIOS!”
Veamos tres versículos claves de las escrituras: Romanos 10:17, Romanos 12:3 y Efesios 2:8.
Romanos 10:17 dice:
17 Así que la fe proviene del oír, y el oír proviene de la palabra de Dios.
Después, nota que Romanos 12:3 dice que Dios le ha dado a cada creyente la medida de fe. ¿Cuándo? Cuando aceptó a Jesús como su Salvador (Efesios 2:8). ¿Cómo? La fe proviene por el oír y el oír proviene de la PALABRA de DIOS (Romanos 10:17). Cada uno de nosotros recibió la misma medida de la fe de parte de Dios. ¿Necesitas más fe? No. La fe que ya tienes sólo necesita crecer. Lo mismo es cierto en el ámbito natural. No necesitas más músculos; sólo necesitas desarrollar y fortalecer los que ya tienes. El fortalecimiento de los músculos proviene de una dieta adecuada y del ejercicio.
Jesús dijo en Mateo 4:4:
4 Jesús respondió: «Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios».
La PALABRA de Dios es a tu hombre interior lo que la comida natural es a tu cuerpo físico. Santiago 1:22 dice:
22 Pero pongan en práctica la palabra, y no se limiten sólo a oírla, pues se estarán engañando ustedes mismos.
Actuar conforme a la PALABRA de Dios es a tu fe lo que el ejercicio es para tus músculos. El desarrollo de tanto el hombre espiritual como el cuerpo natural depende directamente del tiempo y el esfuerzo. NADIE puede desarrollar su cuerpo físico con una dieta llena de azúcares y sin ejercitar. ¡NADIE! Nadie puede desarrollar una fe fuerte en una dieta de TV secular—especialmente cuando te congregas en una iglesia donde no se predica nada que alimente tu fe—. Conozco a alguien que dijo que la razón por la que muchos cristianos son tan débiles es porque alimentan su cuerpo con tres comidas calientes todos los días y a sus espíritus con una merienda fría una vez por semana.
Esto es especialmente cierto cuando se trata de alguien que está peleando por su vida. Sin embargo, existe un resultado garantizado en Marcos 11:24-25.
Mirémoslo:
24 Por tanto, les digo: Todo lo que pidan en oración, crean que lo recibirán, y se les concederá.
25 Y cuando oren, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en los cielos les perdone a ustedes sus ofensas.
¡Fue el Hijo del Dios viviente quien lo dijo! Sin embargo, eso depende del versículo 23:
23 Porque de cierto les digo que cualquiera que diga a este monte: “¡Quítate de ahí y échate en el mar!”, su orden se cumplirá, siempre y cuando no dude en su corazón, sino que crea que se cumplirá.
Nadie—realmente NADIE —puede alcanzar ese momento poderoso que derrota las dolencias sin dedicarle TIEMPO y ESFUERZO a las escrituras de sanidad. La garantía está escrita en Proverbios 4:20-22:
20 Hijo mío, presta atención a mis palabras; Inclina tu oído para escuchar mis razones.
21 No las pierdas de vista; guárdalas en lo más profundo de tu corazón.
22 Ellas son vida para quienes las hallan; son la medicina para todo su cuerpo.
Como Gloria lo ha dicho tantas veces en la Escuela de Sanidad: “¡Puedes doblar, triplicar la dosis y los efectos secundarios son maravillosos!”
“Pero hermano Copeland, tú no entiendes mi situación.”
No, no la entiendo. Sin embargo, sí entiendo lo siguiente: si realmente quieres algo, si estás tan desesperado por alcanzarlo, necesitarás encontrar tiempo haciendo a un lado todo lo demás. Deberás renunciar a las cosas innecesarias y sumergirte totalmente en las escrituras de sanidad, hasta que la fe llegue. Cuando lo haga—y lo hará—, el milagro sucederá. ¡Gloria a Dios!
Lo mismo es cierto en el ámbito financiero. ¿Cuánto ansías estar libre de deudas? Entonces, ¿qué estás haciendo ente las 3:00 y las 4:30 de la mañana? Levántate y lee versículos de prosperidad durante una hora, ora en el espíritu por 30 minutos y luego vuelve a acostarte. Tu hombre espiritual nunca duerme. ¡Haz que se vaya a la cama confiando en las promesas de Dios y levántalo con la alabanza y la adoración que demuestra esa libertad!
Ya leímos Santiago 1:22. Ahora leamos el versículo 25 (RVA-2015):
1 Pero el que presta atención a la perfecta ley de la libertad y persevera en ella sin ser oidor olvidadizo sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.
La PALABRA es llamada: “LA PERFECTA LEY DE LA LIBERTAD”. La perfecta ley. Jesús dijo en Juan 8:32: «y conocerán la verdad, Y LA VERDAD LOS HARÁ LIBRES».
Existe otra ley que siempre está presente. Para cosechar, la semilla debe ser primero sembrada. Mientras siembras tu semilla financiera este mes, ¡NÓMBRALA! Después, lee Gálatas 6:6-9:
6 El que recibe enseñanza en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo enseña.
7 No se engañen. Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso también cosechará.
8 El que siembra para sí mismo, de sí mismo cosechará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.
9 No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo cosecharemos, si no nos desanimamos.
Toma esa semilla en tus manos y báñala con alabanza y adoración. Riégala. Crecerá y se hará más y más grande, hasta que te sientes bajo su sombra, totalmente bien y pleno, sin que te falte nada. ¡La gracia está abundando! ¡SUMÉRGETE EN ELLA!
Gloria y yo te amamos. Eres como nuestra familia—nuestros hijos en el SEÑOR—.
Amados, SEAN BENDECIDOS,