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mayo 29, 2022

No puedes Quedarte Fuera de estas Elecciones… ¡Ora y Vota!

Con todo el bombo y la difamación de los medios durante esta temporada de elecciones presidenciales, puede ser muy fácil o tentador quedarse al margen, criticar y simplemente “ver el programa”. Es posible que estés tan disgustado con todo el proceso que incluso hayas pensando en no participar. Esto no es un juego, y ciertamente no es entretenimiento. El hecho es que simplemente no podemos darnos el lujo de quedarnos al margen cuando el futuro de nuestra nación está en juego.

Ahora más que nunca, es importante que el pueblo de Dios se levante y deje que se escuchen sus voces. Todo creyente tiene dos responsabilidades cívicas importantes: orar y votar. Estas dos prácticas, más que cualquier otra, afectan la dirección de nuestra nación. Si no estás orando por todos los candidatos y estás considerando no votar, deja que este sea tu llamado a la acción. Es hora de involucrarse orando y luego votando en estas elecciones.

El privilegio del voto

Cada dos o cuatro años, los ciudadanos tienen el privilegio de hacer algo importante, algo que afecta el curso de nuestro país. Tienen la oportunidad de votar. Para aquellos en el mundo que no pueden participar en esta extraordinaria actividad, la idea de saltársela parece inimaginable.

Si bien muy pocas elecciones se han decidido por un solo voto, cada voto cuenta. Cada voto, o falta de voto, fortalece a uno de los dos lados. Un voto a favor de un candidato fortalece la causa o la posición de esa persona, pero un voto en contra de ese candidato (o incluso un voto en ausencia) la debilita.

¿Elección o responsabilidad?

Algunos podrían argumentar que votar es una elección personal. Sin embargo, Dios llama a Su pueblo a ser “sal” y “luz”.

Tú eres la sal de la tierra. ¿De qué sirve la sal si ha perdido su sabor?, “»Ustedes son como la sal que se pone en el horno de barro para aumentar su calor. Si la sal pierde esa capacidad, ya no sirve para nada, sino para que la tiren a la calle y la gente la pisotee.»Ustedes son como una luz que ilumina a todos. Son como una ciudad construida en la parte más alta de un cerro y que todos pueden ver. Nadie enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario: la pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están en la casa. De la misma manera, la conducta de ustedes debe ser como una luz que ilumine y muestre cómo se obedece a Dios. Hagan buenas acciones. Así los demás las verán y alabarán a Dios, el Padre de ustedes que está en el cielo.” (Mateo 5:13-16).

Piensa en lo que significa ser sal. La sal mejora el sabor e influye en todo lo que se mezcla con ella. De manera similar, como creyentes, estamos llamados a mejorar el “sabor” de este mundo ayudando a otros a comprender que hay una mejor manera de vivir que la que el mundo tiene para ofrecer. Cuando hacemos esto, comenzamos a “sazonar” a los que nos rodean. Les mostramos cuán gratificante es amar y honrar a Dios y, en consecuencia, les ayudamos a experimentar esa misma plenitud en sus propias vidas.

Cuando la Escritura habla de que somos “luz”, se refiere a que somos una luz que guía en la oscuridad. No importa lo que el enemigo trate de hacer pasar por bueno, saludable y normal, el Cuerpo de Cristo está llamado a permanecer como faros llenos de luz, mostrando a otros el camino. A continuación hay algunas cosas que se supone que debemos representar:

  • Debemos defender a aquellos que no pueden valerse por sí mismos: las viudas, los huérfanos y los que no han nacido.

  • Debemos mantenernos en la firmeza de lo que Dios ya ha definido como absolutos: aquello que es moral, el matrimonio como lo define la Biblia, la identidad de género de Dios y Sus leyes naturales.

  • Debemos defender los derechos constitucionales: protección para el individuo, protección contra la tiranía, protección contra el elitismo intelectual y protección contra el socialismo.

Cada voto cristiano debe defender los principios divinos (es decir, la fe, la esperanza, el amor, el orden divino, etc.) y fijar una posición contra la opresión, la dominación y la maldad. Cada voto no es simplemente por un candidato en particular; es un voto por ideas y filosofías. El socialismo y el humanismo son ejemplos de ideas que funcionarios electos han introducido en nuestro sistema político. Es posible que los funcionarios ni siquiera se hayan dado cuenta de adónde conducirían sus creencias, pero sus pensamientos condujeron a palabras, sus palabras condujeron a acciones y sus acciones condujeron a decisiones y leyes impías.

Dios ha llamado a Su pueblo

Segunda de Crónicas 7:14 dice: “Entonces, si mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, se humillare, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos, yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y restauraré su tierra”.

Note que esta escritura no promete que Dios sanará nuestra tierra cuando:

  • Todo ciudadano se salve

Si bien esta es una oración que podemos hacer, no es la clave para que Dios se mueva a favor de una nación. 

  • Todo el mundo se endereza y actúa bien

Sabemos que sin Jesús en nuestras vidas, es imposible tomar decisiones piadosas.

  • La persona perfecta es elegida.

Dado que Jesús fue la única persona perfecta, la búsqueda de la perfección es inalcanzable.

No, este versículo pone la responsabilidad de la sanidad de una nación directamente sobre los hombros de los creyentes. Estamos llamados a humillarnos y admitir que solo Dios tiene las respuestas que necesitamos para los problemas que enfrenta nuestra nación, que incluyen discordia política, deficiencias educativas, incidentes internacionales, disturbios civiles, tensión racial y más. Dios promete que nuestras oraciones harán la diferencia.

Al contrario de votar, la oración debe ocurrir diariamente. La Palabra de Dios nos instruye a orar por nuestros líderes.

“Ante todo, exhorto a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que ocupan altos puestos, para que vivamos con tranquilidad y reposo, y en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen a conocer la verdad.” -1 Timoteo 2:1-4. (RVC)

Orar por nuestros líderes, nuestros jueces de la Corte Suprema, presidente, vicepresidente, senadores, representantes, alcaldes, policías y todos los demás que ocupan cargos en nuestra nación, es un mandato de Dios. Esto ciertamente incluiría, también, orar por aquellos que buscan un cargo. No solo debemos orar por ellos, sino que también debemos orar por qué candidato Dios quiere que emitamos nuestro voto. Él no nos dice que oremos por ellos si pensamos que son cristianos u honorables o dignos de confianza. No, simplemente nos dice que oremos. 

Si te has preguntado si tu voto es importante o si has tenido problemas para orar por tus líderes políticos, considera este tu llamado. Compromete a votar en las próximas elecciones y a orar por los candidatos. Si aún no lo has hecho, humíllate y pregúntale a Dios por qué candidato le gustaría que emitieras tu voto. Ora por los que ya están en el cargo. Pídele al Espíritu Santo que te muestre cómo orar. Haz tu parte para defender con fe tu nación. ¡No es solo es tu derecho; es tu responsabilidad!.