fbpx
junio 19, 2014

La Verdad los Hará Libres (por Gloria Copeland)

¿Alguna vez has deseado ser absolutamente libre del egoísmo? ¿Has anhelado deshacerte de toda esclavitud de la carne, y de cada estorbo que te ha impedido caminar en amor?

Aunque parezca asombroso, ¡podemos lograrlo!

Jesús nos enseñó cómo: «Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.». (Juan 8:31-32, RVC).

Por esa razón, debemos meditar una y otra vez en los versículos referentes a que somos partícipes de la naturaleza divina y amorosa de Dios. Necesitamos incrementar nuestra revelación del amor de Dios derramado en nuestros corazones. A medida que crezcamos completa y profundamente en esa verdad, ¡más libres seremos!.

Tratar de liberarnos de esos hábitos y comportamientos faltos de amor, utilizando la disciplina humana; no funcionará. Tampoco funcionará “intentar ser amables” en nuestras propias fuerzas. Pues fallaremos de forma inevitable, nos frustraremos y nos desanimaremos. Y como consecuencia, terminaremos más molestos y malhumorados ¡que cuando empezamos!

La única manera de tener éxito para caminar en amor es cuando lo hacemos basados en la gracia de Dios que se encuentra en nuestro interior. Sólo cuando permitimos que Su naturaleza, la cual habita en nuestro espíritu humano renacido, fluya a través nuestro, podemos amar como Jesús. Entre más conozcamos de Su naturaleza, más podremos amar como Él.

En 2 Pedro 1:2, leemos que la gracia de Dios se multiplica por medio del conocimiento de Dios y de Jesús ¡nuestro SEÑOR! Y eso es cierto en cada área de la vida cristiana. No podemos recibir nada de Dios sin tener antes un conocimiento acerca de ello. Primero, debemos escuchar la verdad, y cuando las escuchemos, la fe vendrá. A medida que creamos y comencemos a actuar basados en esa verdad, veremos el poder de la misma  obrando en nuestra vida.

Por tanto, escudriña la PALABRA y descubre más acerca de la naturaleza del amor de Dios que mora en ti. Medita en ella. Confiésala y declara: ¡El amor de Dios habita en mí! Después, comienza a actuar por fe, y las ataduras de la carne serán destruidas. Entonces ¡conocerás la verdad, y ésta te hará libre!

«Que la gracia y la paz les sea multiplicada por medio del conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. Por medio de ellas nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas ustedes lleguen a ser partícipes de la naturaleza divina, puesto que han huido de la corrupción que hay en el mundo por causa de los malos deseos.»
(2 Pedro 1:2-4, RVC).

Texto extraído de: Revista LVVC – Edición marzo 2014, página 19