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diciembre 8, 2023

Día 3 – Noé, La obediencia de un hombre por todo el género humano

“»¡Mira! Estoy a punto de cubrir la tierra con un diluvio que destruirá a todo ser vivo que respira. Todo lo que hay en la tierra morirá, pero confirmaré mi pacto contigo”.
(GÉNESIS 6:17-18, NTV).

Noé vivió en tiempos oscuros. La semilla corrompida de Adán y Eva se había multiplicado en la tierra. De hecho, la Escritura nos dice que el mal había crecido tanto en la tierra que “el SEÑOR lamentó haber creado [a la humanidad]” (Génesis 6:6, NTV). «Borraré de la faz de la tierra a esta raza humana que he creado. Así es, y destruiré a todo ser viviente” (versículo 7, NLT). Parecía no haber esperanza. Era un tiempo desolador, pero luego el Señor miró y vio a Noé.

La Palabra señala que “Noé halló gracia ante los ojos del SEÑOR” (versículo 8, NLT). En lugar de conformarse con la maldad de la civilización que lo rodeaba, Noé mantuvo la moral y la bondad. Fue verdaderamente contracultura. El resultado de la obediencia de Noé fue que él y toda su familia fueron salvados del Diluvio que destruyó a todas las demás criaturas vivientes en la tierra.

Fue algo bueno. Sin Noé y su familia, la humanidad habría terminado allí, a través, de Noé, la esperanza volvió a nacer en la tierra. Debido a su fidelidad a Dios en un mundo inclinado hacia el mal, Dios pudo usarlo para repoblar la tierra y continuar Su plan de Redención para la humanidad. Noé demostró cómo una persona en obediencia a Dios puede cambiar todo el curso de la historia.

Dios declaró un nuevo comienzo y lo selló con una bendición y un pacto que resonaban con el que le había dado a Adán al principio. Dios le dijo a Noé: “«Sean fructíferos y «Ahora mismo, yo confirmo mi pacto con ustedes y con sus descendientes, 10 y con todos los animales que estuvieron en el barco con ustedes—las aves, los animales domésticos y todos los animales salvajes—, con toda criatura viviente sobre la tierra. 11 Sí, yo confirmo mi pacto con ustedes. Nunca más las aguas de un diluvio matarán a todas las criaturas vivientes; nunca más un diluvio destruirá la tierra».’” (versículos 8-11, NTV).

Y así, el plan de Redención de Dios para la humanidad continuó…

ESTUDIO
En Este Mundo, Pero No De Este Mundo
“No ruego que los quites del mundo, sino que los protejas del mal. 16 Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.” (Juan 17:15-16, RVC).

“Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto.” (Romanos 12:2, RVC).

VIVE LA PALABRA
¿Eres parte del mundo? ¿O has abrazado la vida de santidad, como alguien apartado para Dios? Este es el lugar que Dios ha ordenado para nosotros. Y es una vida de gozo y paz: en el mundo, pero no de este mundo.

HABLA LA PALABRA
Declaro hoy que presentaré mi cuerpo a Dios como un sacrificio vivo, dejando de lado el pecado, los malos hábitos, las amistades corruptas y cualquier cosa que me impida correr la carrera que Dios ha puesto ante mí. No me conformaré a los patrones de este mundo, no a su forma de pensar, hablar o actuar, pero dedicaré tiempo a leer, meditar y actuar según la Palabra de Dios para ser transformado en la persona que Él quiere que sea. Mientras camino y vivo en la voluntad perfecta de Dios, espero ver un cambio poderoso en mi vida. Sé que al permanecer en Su voluntad, me he posicionado para recibir todas las bendiciones prometidas en Su Palabra, y las recibo ahora por fe. ¡En el nombre de Jesús!

ESTUDIO DE LAS ESCRITURAS:
Romanos 12; 2 Corintios 6:17

APLICACIÓN
Dios nos llama a ser apartados. Debemos vivir en este mundo, pero no parecer, actuar, hablar o vivir bajo sus estándares. ¿Cómo verán los demás el poder de Dios en nosotros, el amor de Dios en nosotros, la redención de Jesús en nosotros si nos parecemos a ellos? ¡La diferencia que ven en nosotros debería ser Jesús! ¿Estás brillando en un mundo oscuro?

PONIÉNDOLO EN PRÁCTICA HACIA LA VICTORIA
1. Primero, pídele a Dios que examine tu corazón para encontrar áreas que Él necesita abordar (Salmo 139:24).
2. Segundo, renuncia a los comportamientos, pensamientos o actitudes de los cuales el Espíritu Santo te convenza.
3. Por último, comprométete a realizar cambios que permitan que Jesús brille a través de ti con más intensidad que nunca.