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octubre 25, 2021

8 Momentos en los que Debes Permanecer en Silencio

Hay un tiempo para guardar silencio (Eclesiastés 3: 7).

Le damos importancia sobre cómo hablar las palabras correctas aquí en los Ministerios Kenneth Copeland. Hablar palabras de fe te empodera. Pero el silencio también, cuando no se basa en el temor, proviene de un lugar de fortaleza espiritual. Todo esto es fruto del espíritu en acción, y puede ser la diferencia entre una victoria de fe y un fracaso.

Ciertamente, hay muchas ocasiones en las que necesitamos hablar. Los justos son valientes como un león, y permanecer en silencio debido a la timidez o la intimidación no es sabiduría. Pero en muchos casos, la sabiduría guarda silencio (Job 13: 5). Mientras el mundo habla todo lo que se le viene a la mente, nosotros, como creyentes, estamos llamados a callar. De hecho, Santiago 1:26 dice: “Si alguno cree ser religioso, pero no sabe poner freno a su lengua, se engaña a sí mismo y su religión no sirve de nada”.

Si estás listo para aprovechar el poder de contener la lengua y proteger tus bendiciones de las garras del enemigo, aquí tienes 8 momentos en los que debes permanecer en silencio.

1. Cuando Recibes Malas Noticias

“¡Si se callaran la boca, mostrarían algo de sabiduría!”. –Job 13: 5 (TLA)

Las malas noticias pueden desencadenar un torbellino de pensamientos llenos de miedo, ira, duda o dolor. Estás tentado a decir lo primero que se te pasa por la cabeza.

¡Detente justo ahí!. Permanecer en silencio.

Tus primeras palabras son fundamentales para el resultado. La vida y la muerte están en el poder de la lengua, y esta es la razón por la que cuando recibes malas noticias es uno de esos momentos en los que debes permanecer en silencio, es decir, hasta que estés preparado para responder ÚNICAMENTE con palabras llenas de fe.

Es lo que Kenneth Copeland llama “el lenguaje del silencio”, y es un consejo que le ha dado a muchas personas, incluidos algunos que son predicadores poderosos en la actualidad.

Hasta que tengas fluidez en la fe, aprende el lenguaje del silencio, especialmente cuando recibas malas noticias. Pídele a Dios que te ayude como dice el Salmo 141: 3: “Pon guarda sobre mi boca, SEÑOR; vigila la puerta de mis labios ”(NVI). ¡Cambiará tu vida por completo!

2. Cuando Estás Enojado

“Enójense, pero no pequen”. –Efesios 4:26 (RVC)

Cuando estás enojado parece ser cuando más quieres hablar, ¿no es así? ¡Tienes algo que decir!. Este es uno de esos momentos en los que debes permanecer en silencio.

Hablar cuando estás enojado abre la puerta al pecado, causa contienda y te vuelve loco (Proverbios 29:11). A veces parece que se necesitan todos los frutos del espíritu para que esto suceda, pero cuando controlas tu lengua, siempre saldrás victorioso. Te sorprenderás al ver como esta sola acción (el silencio) detiene el conflicto. Y te salvarás del dolor de las palabras que no puedes retirar, no importa cuánto te arrepientas de ellas.

No dejes que el diablo te empuje fuera de la línea de caminar en amor. Él solo está tratando de sacarte de tu lugar, para poder robarte tus bendiciones. Por el contrario, toma control sobre tu lengua. “Sé rápido para escuchar, lento para hablar y lento para enojarte” (Santiago 1:19). Espera y escucha lo que el Espíritu Santo te diga, si es un momento de Proverbios 26: 4 o un momento de Proverbios 26: 5. Luego, permite que él te dé las palabras para hablar. Cuando logres hacer esto, nunca más permitirás que la ira te lleve al pecado de nuevo.

3. Cuando haz sido Acusado

“Pero Jesús no le respondió ni una palabra”. –Mateo 27:14 (RVC)

Jesús a veces respondió cuando estaba siendo acusado. A veces no lo hizo. ¿Cómo sabes cuándo hablar o permanecer en silencio? Partiendo por el silencio y escuchando la dirección del Espíritu Santo.

Es tentador defenderse, pero Dios dice que Él es tu vengador (Romanos 12:19). Puedes confiar en que Él te traerá justicia. ¡Hace un trabajo mejor de lo que nosotros podríamos! A pesar de lo que estes sintiendo en el momento, no siempre le debes a alguien una explicación o respuesta a una acusación. A veces, incluso puede empeorar las cosas, especialmente cuando respondes desde la ofensa o la emoción.

4. Cuando Alguien te Invita al Chisme

“El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los buenos amigos”. –Proverbios 16:28 (NVI)

Todos hemos estado allí. Estamos disfrutando de una charla amistosa y luego … toma un rumbo equivocado. No hay escasez de personas a las que les encantaría involucrarte en sus chismes.

¿Qué deberías hacer?

Permanecer en silencio.

Cambia de tema, aléjate. Hagas lo que hagas, no participes.

¿Por qué? Estudia lo que la Biblia tiene que decir al respecto.

  • Proverbios 20:19

  • Efesios 4:29

  • Proverbios 11:13

  • Proverbios 26:20

  • Levítico 19:16

  • Proverbios 18: 8

  • Éxodo 23: 1

  • Romanos 1:29

La Biblia no solo se refiere a los chismes como algo que no es agradable y que en realidad no deberíamos hacer. Lo llama “maldad”, esto es algo de lo que queremos mantenernos alejados. Se alguien que hable bien de los demás y edifique. Se una luz en un mundo que solo está esperando derribar a alguien más. Después de todo, es tu testimonio.

5. Cuando quieras Quejarte

“Hagan todo sin quejarse y sin discutir”. –Filipenses 2:14 (PDT)

La queja te pone en una posición de impotencia. Te lleva a una situación en la que todos los demás están en el asiento del conductor de tu vida menos tú. Se despierta un corazón ingrato, y si eres un creyente en Cristo, tienes una lista completa de cosas por las que estar agradecido.

Aquí hay algunas cosas que pueden tentarte a entrar en la queja:

  • Como dormiste anoche

  • El clima

  • El tráfico

  • El Gobierno

  • Tu jefe, tu empresa, tus compañeros de trabajo.

Quizás incluso te hayas quejado de Dios. “¿Por qué esas personas fueron bendecidas, mientras yo todavía estoy esperando?” O tal vez, “He estado diezmando, pero no veo ninguna bendición”.

Cada vez que te quejas, das vueltas en círculo y evitas que tu avance se produzca. La próxima vez que empieces a quejarte, cambia de dirección, comienza a alabar y agradecer a Dios por todo lo que tienes y por lo que ha hecho en tu vida. ¡Eso hará que el enemigo huya!

6. Cuando no haz Verificado la Historia

“Es muy tonto y vergonzoso, responder antes de escuchar”. –Proverbios 18:13 (TLA)

¿Has escuchado una historia sobre otra persona? ¿Le has hecho daño a alguien? ¿has pecado o te has comportado de manera tonta?. Al menos … Eso es lo que parece. La Biblia nos advierte que toda historia suena cierta hasta que escuchas el otro lado (Proverbios 18:17). Entonces, cuando no hayas verificado la historia que te acaban de contar, este es un momento crítico para que permanezcas en silencio. Haz lo que te gustaría que otros hicieran por ti: confirma la historia de la boca de dos o tres testigos. Y no olvides obtener el otro lado de la historia directamente de la persona. Hacer comentarios o juicios antes de hacerlo es una receta para el desastre.

7. Cuando Todavía no tienes Permitido Hablar

“Si el ignorante calla, pasa por sabio; si no abre la boca, pasa por inteligente”. –Proverbios 17:28 (PDT)

Tienes algo en tu corazón para compartir, con un amigo, compañero de trabajo, jefe, pastor, dueño de un negocio o cualquier otra persona. ¿Pero deberías?

A la carne le gusta hablar, mucho. Pero Proverbios 10:19 (AMP) nos dice: “Cuando hay muchas palabras, la transgresión y la ofensa son inevitables”. Cuando no estés seguro de sí debes compartir un pensamiento, una sugerencia, una crítica; o incluso hacer una pregunta, este es un momento para permanecer en silencio hasta que el Espíritu Santo te permita hacer lo contrario.

Ahora bien, es importante que no utilices “no tener el permiso para hablar” como excusa para no hablar cuando es absolutamente necesario. Hay momentos en los que buscar al Señor, y hay momentos en los que Su voluntad es perfectamente clara en cuanto a que hablar.

Si tu carne te está reteniendo a causa del miedo, no es momento de permanecer en silencio. Hay innumerables ocasiones en que al enemigo le encantaría callarte. ¡No te dejes engañar! Pero si sientes un tirón del Espíritu Santo sintiendo una pausa, tómate un momento para estar en silencio lo suficiente para escucharlo.

8. Cuando Necesitas Escuchar

“Mejor acércate tú, y escucha todo lo que el Señor nuestro Dios te diga”. –Deuteronomio 5:27 (DHH)

Todos hemos estado allí. ¡Nuestro tiempo de oración está tan lleno de nuestro propio hablar que Dios apenas puede pronunciar una palabra! La oración ferviente y eficaz de los justos vale mucho (Santiago 5:16), y Dios quiere escucharte. Pero hay ocasiones, en las que necesitas estar en silencio y solo escuchar Su voz suave y apacible.

Por eso Kenneth Copeland dice: “No has terminado de orar hasta que escuchas”.

Si has adquirido el hábito de ser tu el único que habla en tu relación con Dios, reserva un tiempo cada día para sentarte y escuchar. Es asombroso lo que escucharás de Él cuando aquietes tu espíritu.