Lo primero es lo primero. Haz que tu relación con Dios sea tu primera prioridad en tu vida. A continuación, te presento tres formas para estar conectado con Dios todos los días:
- Detén todos los compromisos.
No permitas que todas las cosas de este mundo –posesiones materiales, posición de profesión, actividades pecaminosas, relaciones impías, o estatus social− roben el tiempo que le pertenece a Dios. Deposita Su Palabra profundamente en tu corazón, y que no te importe la opinión de nadie.
- Ora.
Es tiempo de que hables directamente con Dios. En lugar de confiar en lo que alguien más te diga que Dios quiere hacer en tu vida, comienza a tener una conversación directa con Él. Dile lo que está en tu mente. Háblale acerca de tus preocupaciones. Pídele lo que necesitas y lo que quieres. Ora por las necesidades de otras personas. Y cree que recibirás la respuesta por lo que pediste (Mateo 21:22).
- Acepta el amor de Jesús.
En Juan 14:21 leemos: “El que [en realidad] me ama, mi Padre lo amará a él, y Yo [también] lo amaré y Me mostraré (Me revelaré, Me manifestaré) a él” (Juan 10:10, AMP). No tienes que avergonzarte de tu relación con el Padre. Puedes estar seguro de que el amor de Dios y Su deseo es bendecirte.