Dios desea bendecir a todo Su pueblo. De hecho, la vida de Abraham es un claro ejemplo de cómo debemos recibir la prosperidad de parte del Señor. Y si hay algo que sabemos de Abraham, es que fue bendecido de manera extravagante.

Una de las áreas donde Abraham fue más bendecido, fue con sus bienes. Sabemos que él fue muy rico en ganado, en plata y en oro. Él y Lot llegaron a ser tan prósperos, que no había lugar suficiente para los dos en la misma región (Génesis 13:2, 5-6). Eso es importante para ti y para mí, porque en Gálatas 3:13-14, dice que Cristo nos ha redimido de la maldición de la ley… «Dios ha bendecido a los gentiles con la misma bendición que le prometió a Abraham (¡los gentiles somos nosotros!)».

A medida que nuestra atención permanezca en Jesús, podremos disfrutar de la prosperidad financiera ¡como parte de nuestro pacto con Dios! Te animamos a estudiar la Palabra de Dios en relación a la prosperidad. Puedes comenzar con las siguientes escrituras:

Génesis 12:35-36
Deuteronomio 8:18
Deuteronomio 28:8-13
Josué 1:8
Salmos 37:4
Salmos 35:27
Mateo 6:33
2 Corintios 9:8-9
Filipenses 4:19
2 Juan 2