«Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.»
(Juan 13:34-35)
Hace años, había una canción que hablaba acerca de: «Lo que el mundo necesita ahora es amor, dulce amor». ¿La recuerda? Por lo general, las canciones seculares están muy equivocadas; no obstante, ésta se acerca mucho a la verdad. Sólo necesita cambiar una palabra, y sería perfectamente bíblica.
Lo que el mundo necesita ahora es amor, el amor de Dios.
El mundo está hambriento del amor de Dios. Cada persona ha sido creada para que dentro de ella exista una necesidad desesperada del amor divino. El anhelo más profundo de ellos es que los valoren y los hagan sentir importantes, de manera que sus heridas y temores desaparezcan.
Sólo el Creador puede cuidar de ellos de esa forma. Él puede satisfacer esa necesidad de amor que tienen en su corazón. Pero la mayoría de personas no lo saben, continúan buscando amor en los lugares equivocados. Intentan encontrar ayuda y sólo terminan decepcionados una y otra vez.
¿Dónde está la solución para esa triste situación?
¡Está dentro de usted! Como un creyente nacido de nuevo, usted es la puerta abierta del amor de Dios para las personas con quien tiene contacto. ¡Usted tiene el poder y el privilegio de amarlos con Su propio amor! Al amar a otros de la misma forma que Jesús lo ama, puede demostrar el amor de Dios a aquellos que lo necesitan. Ellos serán atraídos al SEÑOR por medio de usted.
Usted podría decir: “No creo poder hacerlo”.
¡Claro que puede! Como cristianos, el amor es nuestro mandamiento, y Dios no nos lo hubiera dado a nosotros, si no tuviéramos la habilidad de cumplirlo.
Además, en la Biblia se nos enseña que el amor de Dios es la marca distintiva de cada creyente. Nosotros fuimos diseñados a la imagen de nuestro Padre celestial, y debido a que Él ama a las personas, ¡nosotros también podemos amarlas!
De hecho, a través del poder de Dios en su interior, usted también puede amar de manera tan profunda y buena, que las personas sabrán, con el simple hecho de verlo, que es un discípulo de Jesús. Ellos literalmente verán el amor de Dios en usted… y eso es lo que han estado buscando durante todo este tiempo.