«Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.»
(Santiago 1:2-4)
Por lo general, cuando usted se encuentra en medio de una prueba lo menos que desea es considerarla como un motivo de gozo. Pues no está de buen humor como para saltar, cantar y regocijarse por la oportunidad que tiene para desarrollar la paciencia.
Pero la verdad es que debería estarlo. Porque si le permite a la paciencia realizar su obra perfecta, obtendrá una salud perfecta. Si se encuentra en problemas financieros, todas sus necesidades serán suplidas. Esto significa que ¡recibirá todo lo que la Palabra le ha prometido!
En Hebreos 10:32-36, se nos garantiza. Este versículo está dirigido a un grupo de personas que han estado atravesando por una prueba extremadamente difícil: «Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos; por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante. Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos. No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa».
Es probable que usted también sepa en este preciso momento que si desea disfrutar de salud, liberación y prosperidad, las cuales Dios le ha prometido; tendrá que permitirle a la paciencia obrar. Deberá creerle a Dios aun cuando le sea difícil. Es necesario que se mantenga en fe cuando su carne sólo desea rendirse.
Es posible que esto suene negativo, pero no lo es. Es sólo la verdad. Y si conoce esta verdad, puede prepararse de forma anticipada para esos tiempos difíciles; de modo que al acercarse, usted no se dará por vencido. Puede entrenarse a sí mismo para la victoria, al comenzar a desarrollar ahora la fuerza de la paciencia, la cual necesitará para poder actuar cuando le ocurra algo que sea muy difícil. Y al final talvez se sorprenda, pues ¡continuará en sumo gozo sin pensarlo dos veces!