«Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.»
(Gálatas 5:16)
Cuando usted nació de nuevo, su espíritu fue recreado a la imagen del Amor mismo. Analícelo, Dios es el ser más Amoroso de todos los tiempos, y como partícipe de Su divina naturaleza (2 Pedro 1:4), ¡usted también es una persona amorosa!
Sin embargo, como se habrá dado cuenta, vivir de acuerdo con esa naturaleza amorosa no es como dar un paseo en el parque. Pues siempre existe una lucha. En Gálatas 5:17, se nos enseña: «los deseos de la carne son contra el Espíritu, y los deseos del Espíritu son contra la carne; y éstos se oponen entre sí…». Entonces, cuando usted decide obedecer los deseos e impulsos de su espíritu renacido, su carne inexperta empieza a pelear contra usted.
Si usted quiere ganar esta batalla, tiene que mantener su espíritu fuerte al darle a Dios el primer lugar en su vida. Debe mantenerse espiritualmente saludable teniendo comunión con Él por medio de Su PALABRA. Mientras más deposite Su PALABRA en su corazón, su espíritu será más fuerte. Si usted continua alimentándose de la PALABRA, con el tiempo su espíritu llegará a ser tan poderoso que vencerá a la carne todo el tiempo (Hebreos 5:14).
Hacer lo contrario, le traerá consecuencias negativas. Si usted invierte tiempo alimentándose de telenovelas, novelas de romance y de las noticias de la tarde; su carne se fortalecerá y su espíritu se debilitará. Y aunque en su interior desee ser amoroso y amable, la carne lo intimidará y ¡hará que actúe como el diablo!
Jesús enseñó: «Si vosotros permaneciereis en mi PALABRA, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres». (Juan 8:31-32). Observe que Jesús enseñó que permaneciéramos en la PALABRA. Él no dijo lean las ESCRITURAS de vez en cuando. Él declaro que permaneciéramos en la PALABRA continuamente, pues ésta nos librará de las ataduras de la carne; a fin de que podamos andar conforme al Espíritu. Su espíritu se fortalecerá, y comenzará a dominar los deseos naturales de su carne.
Usted aún tendrá que enfrentar batallas. Por ejemplo, cuando va manejando en la carretera, y alguien cruza de repente frente a usted; su carne lo tentará para que se enoje, y le muestre el puño a esa persona. Pero si su espíritu es fuerte, ganará la batalla sin mayor esfuerzo. Se rendirá al amor que se encuentra en su interior y usted sonreirá diciendo: “SEÑOR, bendice a esa persona y ayúdala a llegar bien hacia donde se dirija”.
Por tanto, permanezca firme en la PALABRA y sea fuerte. Empiece su día tomando la decisión de andar en el espíritu, y haga todo lo que pueda para actuar conforme a esa decisión durante todo el día. No siempre será fácil, pero valdrá la pena el esfuerzo porque cuando ande en el espíritu, ¡vivirá como el amoroso creyente nacido de nuevo que debe ser!