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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Sea el Tito de nuestra época

Kenneth Copeland
«Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre,
así también yo os envío.»
(Juan 20:21)

Todos los creyentes anhelamos descubrir cuál es nuestro llamado en este planeta, y Dios tiene un plan específico para cada uno de nosotros. Sin embargo, todos hemos sido enviados a realizar lo mismo que Jesús hizo cuando vivió en la Tierra: ser la expresión del amor de Dios para la humanidad.

Adondequiera que Jesús iba, las personas veían a través de Él la manifestación del amor de Dios. Cada vez Jesús sanaba, liberaba y realizaba un milagro en la vida de alguien; las personas veían el amor de Dios en acción.

Hemos sido llamados a vivir de esa manera. De hecho, si nos desenfocamos de nuestro objetivo principal que es el amor; por algún asunto de la vida, incluso si ese asunto tiene que ver con la obra del SEÑOR, perdemos nuestro verdadero objetivo. Cualquier cosa que llevemos a cabo debe estar tan impregnada del amor de Dios, al punto que podamos expresar lo mismo que Jesús dijo: “Si me han visto a Mí, han visto al Padre”. En otras palabras, si me han visto a Mí, han visto al Amor.

Tal vez alguien diga: “Yo tengo el amor del SEÑOR en mi corazón. Sólo que no lo expreso mucho”.

Si el amor de Dios está guardado en su corazón, no le hace ningún bien a nadie. Es el amor de Dios fluyendo de nuestro corazón, a través de nuestras palabras y acciones, es lo que ayuda a las personas. Por tanto, anímese a darle palabras de aliento a algunas personas. Sorprenda a alguien con una sonrisa y un gran abrazo que le haga saber cuánto bendicen su vida. Al actuar de esa manera, estará cumpliendo con el llamado de Dios para su vida. No obstante, si no lo hace estará incumpliendo su llamado.

Esos pequeños detalles son tan importantes porque Dios desea que esas personas  —creyentes y no creyentes por igual— sepan que las ama. El Padre anhela que ellos sepan que para Él son preciosos y que los ama. Sin embargo, no les demuestra ese amor; por medio de señales infrarrojas en algún punto del planeta, sino lo transmite por medio de personas como usted. Por consiguiente, cuando usted bloquea su expresión de amor, está bloqueando la manifestación del amor de Dios. Es más, ¡Está limitando la expansión del amor de Dios!

Pablo nos enseña en 2 Corintios 7, la manera en que Dios lo confortaba en los momentos difíciles. Incluso Pablo con lo maduro que era en el Señor; no sólo recibió ese consuelo de manera sobrenatural, sino afirmó que fue confortado por la llegada de su hermano Tito. De hecho, fue Tito quien le llevó a Pablo el amor y el aliento del SEÑOR.

Determine, hoy ser un Tito en la vida de alguien. Decida hacer lo que Jesús lo ha llamado a realizar; es decir, la extensión y la expresión del amor de Dios.

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.