«Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.»
(Joel 2:28-30)
Algunas personas piensan que el fuego y el humo, en este versículo, se refieren a una destrucción. Sin embargo, no es así. Al contrario, son manifestaciones de la gloria de Dios. Ese pasaje bíblico describe el gran derramamiento del poder y la unción del Señor que jamás se ha visto sobre la Tierra.
Nos encontramos en las primeras etapas de ese derramamiento. Pero ¿de dónde proviene? Pues del interior de creyentes, como usted y como yo. Y continuará incrementándose mientras el río de la unción se desborde de las riberas de nuestros corazones e inunde nuestros hogares, nuestros lugares de trabajo, nuestros vecindarios y nuestro mundo.
No obstante, déjeme advertirle que el crecimiento no surgirá mientras estemos mirando televisión u ocupando nuestro tiempo en lo cotidiano de la vida. Éste se producirá cuando nos sumerjamos en la Palabra de Dios y edifiquemos nuestra fe en la unción. Mientras más permanezcamos a la expectativa de recibir la unción y nos alineemos a ésta, veremos más de Sus manifestaciones.
Por tanto, tome su Biblia y comience a estudiarla. Cada vez que vea la palabra Cristo, tradúzcala y medite en su significado: el Ungido y su Unción. Aprenda a proteger la unción y a vivir de tal forma que el Espíritu tenga toda la libertad de actuar a través suyo.
En otras palabras, pídale a Dios que le revele qué significa exactamente estar ungido con la unción de Jesús, y qué implica ser bautizado en el Espíritu Santo con el mismo poder, explosivo y sobrenatural de Dios que creó el universo el cual quita toda carga, destruye todo yugo, transforma al mundo, hace huir al diablo, sana y liberta. Pídale una revelación de lo que en realidad significa ser un cristiano.
Al empezar a vivir conforme a esa revelación, el mundo a su alrededor jamás volverá a ser el mismo.