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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

¡No siga el juego!

Kenneth Copeland
«Gloria de los hombres no recibo. Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, ése recibiréis. ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?»
(Juan 5:41-44).

Honor. El honor divino es el que mantiene su palabra y estándar de integridad sin importar qué suceda. Éste nunca falla, siempre triunfa. A diario, se requiere que usted realice compromisos de honor. Tiene que tomar decisiones con respecto a la ética en su lugar de trabajo, al disciplinar a sus hijos, al mantener su matrimonio estable —y esto es difícil—.

Debe escoger entre el honor de la humanidad y el de Dios. El del Señor es verdadero y un éxito seguro… no obstante, el del ser humano trae un éxito temporal y superficial que finalmente termina en fracaso. En otras palabras: parece algo bueno, pero no es duradero. Usted no puede darse el lujo de vivir como un cristiano sin honor.

Nunca será una persona fiel sin éste; ya que sin honor, no posee el poder para ser fiel. Pues el honor no se encuentra en su interior. En Juan 5:41-44, leemos que Jesús les enseñó a los fariseos acerca del honor que proviene sólo de Dios. Ése es el tipo de honor que necesitamos para enfrentar el tiempo en que vivimos.

Como creyente que vive por fe, usted puede convertirse en una fuerza poderosa en la Tierra. Sin embargo, debe andar conforme al honor del Señor si desea lograrlo. La definición de los seres humanos acerca de este principio es muy diferente a la de Dios.

En realidad, éste sólo es un derivado del honor de Dios. No obstante, éste es superfluo e inconstante. Además, es falso, pues engaña a la gente. El honor del mundo que proviene y se le da a las personas, lo denomino: “el juego del honor”. En este deporte todo se realiza con el fin de ganar el prestigio, el poder y la autoridad que otros puedan otorgar.

Es un honor temporal, efímero y deshonroso si comparamos lo que algunos harían por conseguirlo. Al jugarlo, las personas conspiran, ruegan, intercambian favores, engañan y esconden la verdad para “ganar”. Es posible que usted trabaje con gente así.

Es probable que ellos reciban los mismos privilegios, el mismo “honor” que aquellos que realmente se lo merecen, aunque no lo hayan obtenido con un verdadero honor. Sin embargo, a la larga no ganarán. Por otro lado, el Señor es fiel en honrarlo cuando usted actúa de manera honorable.

Y esto se debe a que su honor ¡proviene de Él! Dios es honorable. Entonces ¡no siga ese juego del mundo! Viva de una manera honorable con el honor que procede sólo de Dios. Las recompensas que obtendrá serán muy grandes y eternas… Él lo garantiza.

Declare la Palabra:
Mientras honro a Dios, Él me honra
(1 Samuel 2:30).

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.