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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Cuando el amor se enfada

Kenneth Copeland
«Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios… Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande. Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte?... Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre. Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.»
(Éxodo 32:7-8, 10-14)

No piense que por vivir en amor jamás se enojará. Pues Dios mismo se enojó por la maldad y la injusticia, y Él siente lo mismo que nosotros ante esas situaciones. Ahora bien, la diferencia entre Su enojo y el nuestro, es que el de Él es mucho más grande, sin embargo, Dios no peca cuando se enoja como lo hacemos nosotros. Él jamás pierde el control. A medida que crezcamos en amor y en otros frutos del espíritu (como la templanza), tampoco perderemos nuestro temperamento. Como leemos en Efesios 4:26, nos enojaremos pero no pecaremos.

La naturaleza de Dios hace también que Él fácilmente sea amable (Santiago 3:17). Él está dispuesto a dejar Su enojo, aunque tenga la razón y sea justo que se moleste. También está dispuesto a dejar Su ira y a perdonar sólo porque Sus amigos de pacto se lo piden. Por ejemplo, en este caso, el amor de Dios por Moisés causó en Él que tuviera misericordia de los israelitas, aunque no la merecían ni se la pidieron en ese momento.

Al hacer eso, Él nos dio el ejemplo. Nos reveló cómo debemos tratar a aquellos que provocan en nosotros, no sólo enojo, sino también indignación justa. Debemos amar como Él ama y estar dispuestos a dejar nuestro enojo aun cuando sea justificado. Es necesario que seamos misericordiosos sólo porque nuestro Amigo de pacto, el SEÑOR Jesucristo lo ha pedido.

Él declaró: «…perdonad, si tenéis algo contra alguno…» (Marcos 11:25). Aunque las personas que nos han hecho mal no merezcan misericordia, y aunque ni siquiera estén arrepentidas, por amor al Maestro, cederemos ante Su petición. Dejaremos nuestro enojo y realizaremos lo que Él nos ha pedido hacer.

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.