fbpx

¡RECIBE EL AMOR, CREE EN EL AMOR!

enero 2018

Apreciado(a) Colaborador(a),

En primer lugar, Gloria y yo queremos agradecerte por ser tan fiel y mantenerte firme con nosotros durante el 2017. Todo comenzó con el mandamiento: ¡Pon tu casa en orden! Esto no solamente se refería a nuestra casa espiritual, sino también a nuestra casa física. Este ha sido un año de: “Enfréntalo, arrepiéntete y arréglalo.” Estamos a punto de inaugurar el 2018 en la mejor condición que hayamos estado ALGUNA vez para hacer lo que EL SEÑOR JESÚS nos ha encomendado. Es gigante, pero ¡ÉL ES MUCHO MÁS GRANDE! ¡No puede llevarse a cabo sin fe; sin embargo, ese no es un problema, porque tú y yo tenemos fe en Dios!

Comencemos con 1 Juan 4:16:

16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.

¿Qué significa “creer en el amor”? Para responder esa pregunta, primero veamos Juan 17:23:

23 [Yo] en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo crea que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.

Jesús oró esta oración tan solo unas pocas horas antes de ir a la cruz. Esto es demasiado especial. Es muy importante que le prestemos atención a cada palabra que Él dijo, especialmente cuando nos damos cuenta de que Él estaba orando por nosotros (versículo 20). El versículo 23 es algo asombroso para la mente humana, ¡y a la vez tan emocionante para el corazón hambriento! ¡Dios me ama tanto como ama a Jesús! No solamente eso, sino que Él quiere que todo el mundo lo sepa. Detente ahora mismo y recíbelo. Sé que lo sabes. Saberlo es una cosa; sin embargo, recibirlo es algo completamente diferente.

Ya leímos Juan 17:23. Ahora veamos el versículo 26:

26 les he dado a conocer tu nombre, y aún lo daré a conocer, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo en ellos».

¡ EL AMOR con el que Dios (el Padre Celestial) ama a Jesús ahora está en cada creyente nacido de nuevo! Romanos 5:5 dice: «Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado». Medítalo. Es quien está en ti y lo que está en ti y en mí ahora mismo. ¡Yo lo recibo como un hecho del Nuevo Testamento!

Ahora, demos el siguiente paso hacia creer en EL AMOR. De hecho, si bosquejáramos este mensaje, luciría así:

Cree EL AMOR:

  1.  Creo que está en mí ahora mismo. 

  2.  Creo que nunca falla.

  3.  Creo que es Dios.

Ya hemos actuado en el punto N.º 1, así que vayamos al N.º 2: “Creo que nunca falla.”

Primera de Corintios 13:4-8 es la enseñanza clásica del Espíritu Santo a través del apóstol Pablo. Creámoslo juntos mientras lo leemos: 

4 El amor es paciente y bondadoso; [el amor] no es envidioso ni jactancioso, [el amor] no se envanece; 

5 no hace nada impropio; no es egoísta ni se irrita; no es rencoroso; 

6 no se alegra de la injusticia, sino que se une a la alegría de la verdad. 

7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

8 El amor jamás dejará de existir [otra acepción del griego original es: El amor nunca falla]. En cambio, las profecías se acabarán, las lenguas dejarán de hablarse, y el conocimiento llegará a su fin.

Esto nos lleva al punto N.º 3 de nuestro bosquejo: “¡Creo que es Dios!” Por supuesto, EL AMOR nunca falla. El Amor ¡es Dios! Tú y yo lo sabemos, y ciertamente estamos de acuerdo que todo lo que se ha dicho es la verdad. Sin embargo, aquí está la razón por la que el siguiente paso es tan crítico: ya hemos recibido EL AMOR. Ya hemos creído EL AMOR. Ahora, ¿cómo renovamos nuestra mente para convertirnos en alguien que constantemente enfoca su mente en “EL AMOR que nunca falla está en mi interior ahora mismo” ?

¿Recuerdas cuando hace años EL SEÑOR me instruyó: Enséñale a Mi pueblo a convertirse en personas enfocadas en la realidad de Dios en su interior y no solamente enfocadas en la realidad de Dios en el cielo? Bueno, ahora debemos hacer lo mismo. Cuando lo hacemos se vuelve muy personal. Lee nuevamente esos versículos, y ponte en el lugar de la palabra Amor en cada versículo.

¡Yo soy paciente y bondadoso; yo no soy envidioso ni jactancioso, yo no me envanezco; no hago nada impropio; no soy egoísta ni me irrito; no soy rencoroso; no me alegro de la injusticia, sino que me uno a la alegría de la verdad. ¡Todo lo sufro, todo lo creo, todo lo espero, todo lo soporto! ¡Yo nunca fallo!

Grita el versículo 8: ¡YO NUNCA FALLO!” ¡Espera un minuto! Debemos agregar la frase: “mientras crea en EL AMOR y actúe en él”. Repítelo una vez más: “YO NUNCA FALLO, mientras crea en EL AMOR y actúe en él”. ¿Puedes verlo? Nosotros debemos practicar EL AMOR. No solamente el amor humano, sino la clase de AMOR de Dios.

Veamos una vez más los versículos 4-8, esta vez en la Biblia Amplificada, Edición clásica (AMPC):

Yo soporto mucho, soy paciente y amable; yo nunca soy envidioso, ni hiervo de celos. No soy jactancioso o vanaglorioso ni me exhibo arrogantemente. No soy vanidoso (arrogante y lleno de orgullo); no soy grosero (descortés) ni actúo indebidamente. Yo no insisto en mis propios derechos o en mi manera, porque no soy egoísta; no soy susceptible, irritable o resentido; no tomo en cuenta el mal que me han hecho [no le presto atención al mal sufrido]. No me regocijo en la injusticia y la iniquidad, sino que me regocijo cuando prevalecen el derecho y la verdad. Yo me sostengo ante cualquier y toda cosa que enfrente, siempre estoy listo para creer lo mejor de cada persona, mis esperanzas no se desvanecen en ninguna circunstancia, yo lo soporto todo [sin debilitarme]. Yo nunca fallo [nunca me desvanezco ni me añejo, o llego a mi fin]. 

Finalizaré con esto: Recibir y creer EL AMOR hará que el hombre interior crezca y se desarrolle, y cumple la escritura de Efesios 3:14-20:  

14 Por eso yo me arrodillo delante del Padre de nuestro Señor Jesucristo, 

15 de quien recibe su nombre toda familia en los cielos y en la tierra,

16 para que, por su Espíritu, y conforme a las riquezas de su gloria, los fortalezca interiormente con poder; 

17 para que por la fe Cristo habite en sus corazones, y para que, arraigados y cimentados en amor, 

18 sean ustedes plenamente capaces de comprender, con todos los santos, cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo; 

19 en fin, que conozcan ese amor, que excede a todo conocimiento, para que sean llenos de toda la plenitud de Dios.

20 Y a Aquel que es poderoso para hacer que todas las cosas excedan a lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.

Efesios 3:17 nos proporciona el título de este mensaje: “Enraizado y arraigado en el AMOR”. Jesús enseñó en Marcos 4:17 (SRV-BRG) que el arma más exitosa que el diablo usa para robarnos la PALABRA es el escándalo [o la ofensa]:

16 Y asimismo éstos son los que son sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, luego la toman con gozo;

17 Mas no tienen raíz en sí, antes son temporales, que en levantándose la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego se escandalizan.

Ahora ya sabemos cuál es la raíz: estar enraizado y arraigado en el AMOR. Vuelve y presta atención a nuestra confesión de 1 Corintios 13:4-8, especialmente el versículo 5, en la versión AMPC:

5 No es vanidoso (arrogante y lleno de orgullo); no es grosero (descortés) ni actúa indebidamente. El amor (el amor de Dios en nosotros) no insiste en sus propios derechos o sus maneras, porque no es egoísta; no es susceptible, irritable o resentido; no toma en cuenta el mal que le han hecho [no le presta atención al mal sufrido].

En otras palabras, el amor nunca se ofende (no se escandaliza). Si eso no es lo que Jesús dijo en Marcos 4:17, entonces no sé a qué se estaba refiriendo. ¡Por supuesto que es eso! La raíz establecida en la base sólida del AMOR facilita nuestra lucha contra el diablo en Marcos 4:18-19 y que podamos disfrutar la cosecha del ciento por uno que Jesús nos prometió en el versículo 20. ¿No disfrutas al máximo la maravillosa profundidad de Su gloriosa PALABRA? ¡Sé que lo haces!

Mientras siembras tu semilla de BENDICIÓN este mes, pon estas palabras maravillosas que salen de la boca de Jesús en tu corazón y en tu boca. Repite: “Dios me ama tanto como ama a JESÚS.” Luego, ora y confiesa lo siguiente sobre tu semilla, mientras lo alabas: “Por lo que Tú has hecho por mí y en mí, he nacido de Tu AMOR. EL AMOR que nunca falla está vivo en mi interior ahora mismo. Gracias a ese AMOR, califico para recibir el ciento por uno que Tú, querido Jesús, enseñaste en Marcos 4:20. ¡Gracias! Y gracias por ser tan bueno y sacarme del goteo, al arroyo, al río y hasta la inundación en el 2018 – ¡El año del ESPÍRITU SANTO y el FUEGO!

Gloria y yo te amamos muchísimo, y oramos por ti todos los días.

Con amor,

 

 

Información Adicional