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agosto 29, 2022

¿Qué Hacer Mientras Esperas una Respuesta a tus Oraciones?

por Gloria Copeland

¿Has estado orando por algo? ¿La respuesta a una pregunta en particular? ¿La solución a un problema? ¿El cumplimiento de un deseo profundo? Si es así, entonces estás esperando una respuesta a tu oración. Alégrate por qué Dios está en el negocio de responder oraciones. Ahora bien, eso no significa que obtendrás todo lo que pidas, exactamente cuando lo pidas. A veces tienes que ser como un agricultor que planta una cosecha. Hay que sembrarla, regarla y esperar a que crezca.

En lugar de sembrar una semilla física en la tierra, siembras una espiritual. Esto requiere un proceso de cuatro pasos:

1. Siembra tu semilla

Siembra la semilla del amor, la fe, las finanzas… o lo que sea por lo que estás creyendo. Por ejemplo, si estás creyendo por pagar tus deudas financieras, siembra una semilla financiera para ayudar a aliviar las deudas  de otra persona. Si estás creyendo por una familia propia, entonces invierte tiempo en otra familia ofreciéndote a cuidar los niños o ayudar con alguna necesidad del hogar.

2. Mantente enfocado en la Palabra

Después de haber sembrado tu semilla, es hora de mantener tus ojos y tu corazón enfocados en lo que dice la Palabra de Dios al respecto. Encuentra pasajes de las Escrituras relacionados con tu necesidad. Este sitio web está repleto de artículos y pasajes de las Escrituras para ayudarte a defender tu oración, desde las finanzas hasta la sanidad divina, problemas de relaciones y más.

3. Habla la Palabra

Riega tu semilla hablando la Palabra sobre ella. La Palabra de Dios irá a trabajar en tu semilla y te dará el alimento que necesitas para crecer.

4. Mantente Fortalecido

Cuando te vienen dudas a la mente que dicen: Esto no va a pasar, nunca tendré contestadas mis oraciones, mantente firme. Continúa hablando la Palabra sobre tu semilla. La Palabra de Dios hará dos cosas durante este tiempo: continuar trabajando en tu semilla y eliminar los pensamientos negativos de tu mente.

Mientras esperas una respuesta a tu oración, no te des por vencido. Se diligente en velar pacientemente, esperar y usar la Palabra para regar y cultivar tu semilla. Pronto, comenzarás a ver algo de movimiento. Comenzarás a ver un crecimiento. Y finalmente, recibirás tu cosecha: ¡tu oración contestada!

¡No desentierres tu semilla antes de tiempo!

Génesis 8:22 en la Biblia Amplificada, edición clásica, dice: “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche”. Por el bien de la ilustración, separa esas dos palabras—siembra y cosecha—en tres palabras…semilla, tiempo y cosecha…porque ninguna cosecha es inmediata. Es un proceso que lleva tiempo.

Se necesita fe en la Palabra, y trabajo en la semilla, procesándola. La pones en el suelo y esperas pacientemente. No vas a desenterrarla para ver si todavía está allí. No, la fe sabe que todavía está en la tierra, y la paciencia espera que llegue a la madurez.

Tomará algún tiempo, pero habrá una cosecha en tu oración sí permaneces en ella. En la parábola de Jesús en Lucas 8:15, Él dijo del hombre que sembró en buena tierra, “en buena tierra son los que con corazón bueno y recto, habiendo oído la palabra, la guardan, y dan fruto con paciencia” (RV). 

Eso puede ayudarte a ser paciente. Puede ayudarte a darte cuenta de que es solo cuestión de tiempo antes de que llegue tu cosecha, tu respuesta a la oración. Tu trabajo, en este punto, es plantar tu semilla en buena tierra, mantenerla regada con la Palabra, dejar que la Palabra elimine la duda y luego esperar pacientemente hasta que llegue el tiempo de la cosecha. 

¡No abandones tu oración! ¡Porque cualquier semilla que hayas plantado según la Palabra, llegará la cosecha!

Tu respuesta a la oración es que la cosecha (¡tu cosecha!) llegará exactamente cuando la necesitas. Dios sabe cuándo es el momento adecuado… y cuando la necesites, ¡estará allí!