Dios desea que tengas grandes expectativas. Quiere que tengas grandes sueños basados en la Palabra e inspirados por el Espíritu Santo, y anhela cumplir esos sueños. Sin embargo, para que Él pueda llevarlos a cabo, debes perseverar en el programa de la fe y ser paciente. Sigue creyendo y niégate a renunciar a tus sueños, sin importar cuánto tarden en cumplirse. A continuación te daré algunos consejos que te ayudarán:
El deseo de nuestro corazón debe ser, ante todo, agradar a Dios. 1 Tesalonicenses 4:1: «Finalmente, amados hermanos, les rogamos en el nombre del Señor Jesús a que vivan de una manera que le agrada a Dios, tal como les enseñamos. Ustedes ya viven de esta manera, y los animamos a que lo sigan haciendo aún más» (NTV).
Invierte tiempo a diario en la Palabra para fortalecer tu fe. Romanos 10:17: «Así que la fe proviene del oír, y el oír proviene de la palabra de Dios».
Actúa de acuerdo con la Palabra en cada área de tu vida. Deuteronomio 30:14: «la palabra está muy cerca de ti: está en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas».
Cuando el Espíritu Santo te muestre el siguiente paso, dálo. Romanos 8:14: «Porque los hijos de Dios son todos aquellos que son guiados por el Espíritu de Dios».
Rechaza el desánimo. Hebreos 6:12: «a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas» (RV95).
Texto extraído de: Revista LVVC – Edición junio 2014, página 31