Eres un ser pensante. Tan pronto como te despiertas por la mañana, piensas. Todo el día estás pensando y procesando información. Lo último que haces por la noche es pensar. Incluso mientras duermes, ¡tu cerebro está ordenando tus pensamientos! Debido a que pensamos tanto, puede ser tentador creer que nuestros pensamientos no son muy importantes, ciertamente no lo suficientemente poderosos como para cambiar el curso de nuestras vidas o alterar el estado físico de nuestros cuerpos. ¡Pero nada podría estar más lejos de la verdad!
Dios desea que su pueblo lleve una vida feliz y saludable emocional y físicamente, que experimentemos la victoria en todas las áreas. Él nos ha instruido una y otra vez a controlar nuestros pensamientos para lograrlo. Para la mayoría de nosotros, esto puede parecer una tarea abrumadora. El cerebro está trabajando constantemente, la mente está pensando constantemente, ¡y esos miles de millones de pensamientos necesitan ser domesticados!
La Dra. Caroline Leaf, una neurocientífica de renombre mundial, ha compartido con los Ministerios Kenneth Copeland los resultados de 30 años de investigación clínica que demuestran que nuestros pensamientos pueden limitarnos a lo que creemos que podemos hacer o liberarnos para experimentar habilidades mucho más allá de nuestras expectativas. Ella dice: “Cuando elegimos una mentalidad que amplía nuestras habilidades en lugar de ponernos límites, experimentaremos una mayor satisfacción intelectual, control emocional y salud física”.
Comienza a renovar tu mente con la Palabra de Dios y enciende tu cerebro hacia la victoria. Al ser obediente a las instrucciones de Dios, estás capacitado para tener fuerza; y dirigir tu memoria, tus palabras y tu cerebro.
¡Aquí hay tres formas de cambiar tu forma de pensar y tener el poder de recibir todo lo que Dios tiene para ti!
1.Haz una Elección
¿Crees que eres víctima de tus propios pensamientos? ¡Piensa otra! No puedes controlar los eventos y circunstancias de la vida o lo que otras personas piensan y eligen, pero sí tienes el poder de elegir lo que crees y tus reacciones a los eventos y circunstancias de la vida. Tenemos “la mente de Cristo” (1 Corintios 2:16). Entonces,de acuerdo con la ciencia y las Escrituras, podemos pensar y elegir bien. ¡Y tenemos el Espíritu Santo para ayudarnos! Incluso cuando elegimos mal, la fe en Jesús y un esfuerzo por reconfigurar nuestras mentes para tener pensamientos saludables ¡cambiarán nuestras vidas!
Todos los días tenemos una opción: creer o no creer en las mentiras del diablo. Está intentando con todas sus fuerzas con el fin de reconfigurar nuestros cerebros para la destrucción, la derrota, la vergüenza, la culpa y la miseria absoluta. Cada vez que le permitimos hacer esto, hay un efecto negativo en nuestro espíritu, alma y cuerpo.
Por otro lado, cada vez que eliges el camino de Dios, tomas las decisiones correctas. Esto hace que tu cerebro envíe señales que dan vida a todo tu cuerpo. Tu cerebro está diseñado para escuchar y obedecer a Dios. Entonces, cuando eliges el camino de Dios, tu energía viene directamente del trono de la gracia llena tu mente y cuerpo (Hebreos 4:16). Elegir a Dios trae salud, vida, longevidad, sanidad y cambio.
2.Toma cada Pensamiento Cautivo
Cuando practiques estar más en sintonía con lo que estás pensando, comenzarás a notar la frecuencia con la que tus pensamientos son tóxicos. Entonces, a la primera señal de un pensamiento tóxico (negativo, crítico, de queja, enojado, implacable o lleno de conmiseración), DETÉNTE. Imagínate agarrando ese pensamiento (tomándolo cautivo) y arrojándolo fuera de tu cerebro.
Probablemente tendrás que hacer esto con bastante frecuencia al principio. Es posible que se pierdas algunos aquí y allá, pero recuerda: tienes la opción de elegir lo que piensas. Elije pensamientos que den vida, elije pensar en lo que sea puro, hermoso y de buen nombre. Lo que estás pensando puede ser correcto, pero ¿es útil y edificante? Si no es así, no pertenece a tu mente, liberando sustancias químicas tóxicas a tu cerebro.
Nunca dejes que ningún pensamiento corra desenfrenado por tu mente; Captura cada pensamiento, comprueba la mentira, rechazala y abraza la verdad.
3. Reemplaza los Pensamientos Tóxicos con los Pensamientos de Dios
“Sus pensamientos son más altos que nuestros pensamientos” y nos ha dado una dirección sobre cómo debemos pensar. Para reemplazar los pensamientos tóxicos (negatividad, falta de perdón, ira, depresión) con los pensamientos de Dios, tenemos que cambiar la actitud de nuestras mentes de “No puedo” a “Yo puedo en Cristo” (Filipenses 4:13). Cambia de opinión practicando pensamientos de amor y victoria. Dirige tu atención a los pensamientos que provienen de la palabra de Dios, y tu cerebro cambiará de rumbo para estar de acuerdo con lo que Dios quiere. Cuando piensas como piensa Dios, activarás todas las zonas de tu cerebro y cambiarás la estructura física y la función del cerebro.
Entonces, por ejemplo, si tienes pensamientos negativos o críticos sobre tu cónyuge, ¡toma ese pensamiento cautivo y tíralo! Luego, cambia a la forma de pensar de Dios. Alaba y agradece a Dios por tu cónyuge; incluso enumera todos sus atributos positivos. Elije tener pensamientos amorosos y amables sobre tu cónyuge, arrepintiéndote de cualquier actitud incorrecta que puedas tener. Sí, puede que tengas razón en lo que estás pensando, pero ¿estás honrando la Palabra de Dios amando a tu esposa o respetando a tu esposo?
Lo mismo ocurre si comienzas a pensar negativamente sobre tu salud o tus finanzas. ¡Alto ahí! No dejes que el enemigo te engañe para que recibas la derrota. Reemplaza esos pensamientos con pensamientos de victoria. Habla de las Escrituras que revelen lo que Dios dice sobre tu situación. Tu mente tiene que seguir tus palabras. ¡Piensa en la verdad!
Cuando tomes estos tres pasos para cambiar tu forma de pensar, no pasará mucho tiempo antes de que crees nuevos hábitos y comiences a percibir un cambio en la forma en la que piensas, hablas, sientes y respondes.No te conviertas en víctima de tus propios pensamientos. Recupera tu poder, recupera tus pensamientos.