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diciembre 22, 2023

DÍA 9- José, Liderando en Fe

  El nacimiento de Jesucristo fue así: María, la madre de Jesús, estaba comprometida con José, pero antes de unirse como esposos se encontró que ella había concebido del Espíritu Santo. José, su marido, era un hombre justo y quiso dejarla secretamente, pues no quería denigrarla. Mientras José reflexionaba al respecto, un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu mujer, porque su hijo ha sido concebido por el Espíritu Santo. María tendrá un hijo, a quien pondrás por nombre JESÚS,[a] porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor dijo por medio del profeta: «Una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Emanuel, que significa: “Dios está con nosotros.”» Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer, pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito. Y le puso por nombre JESÚS.” (Mateo 1:18-25, RVC).

A menudo pasamos por alto el milagro del tiempo de obediencia de José, el cuál fue crucial para llevar a cabo el milagro de Navidad. Si lo piensas, un mal paso de José habría echado a perder todo el plan. José era el cabeza de la casa. Por fe, José tuvo que creer que María había concebido por obra del Espíritu Santo y no por infidelidad hacia él. Sus decisiones y su cooperación en momentos precisos fueron cruciales para completar el plan de Dios y el cumplimiento de las profecías sobre el nacimiento de Jesús.

José tuvo que viajar a pie desde Nazaret hasta Belén cuando María estaba cerca de dar a luz. ¡Esto requirió fe! Fue un viaje de 90 millas por un terreno difícil con una mujer embarazada y con muchas incertidumbres. Aún así, él fue obediente.

Por fe, José se levantó y fue a Egipto en plena noche, sin tener idea de lo que harían cuando llegaran. Según sabemos, no conocían a nadie en Egipto y no tenían forma de ganarse la vida. Podría haber esperado y cuestionado si realmente había oído a Dios. Sin embargo, cualquier demora por su parte habría sido perjudicial para la seguridad del joven Jesús.

El oro, el incienso y la mirra traídos por los magos tenían un valor sustancial y probablemente financiaron su tiempo en Egipto. ¿Qué habría pasado si José hubiera rechazado recibir los regalos de los magos por orgullo u otra razón? En cambio, confió en que Dios tenía un plan.

José no dudó ni cuestionó lo que Dios le dijo que hiciera. Nunca se rindió, y nunca renunció. Dio un paso tras otro sin saber qué sucedería. No siguió sus sentimientos o temores. Confiando en el Dios Todopoderoso, caminó la senda de la fe, la clase de fe que proviene del conocimiento de la bondad y el amor de Dios. Gracias a su confianza y obediencia a Dios, el plan de Redención de Dios, Su Hijo Jesús, no solo nació, sino que vivió para crecer y cumplir Su propósito redentor.

ESTUDIO
Confía en Dios, a pesar de tu propia reputación
“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: ‘Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame'” (Mateo 16:24, RVR).

VIVE LA PALABRA
¿Sabes lo que Dios dice acerca de ti? ¿El mundo ve a Dios en ti? ¿En la forma en que hablas? ¿En la forma en que actúas? Eres un seguidor de Dios. Así que asegúrate de que tus palabras y acciones reflejen eso. Decide que eres lo que Dios dice que eres… simplemente eso y nada más.

HABLA LA PALABRA
Soy lo que Dios dice que soy.
Soy fuerte (1 Corintios 16:13).
Soy escogido (Efesios 1:3-4).
Soy completo (Colosenses 2:10).
Soy gozoso (Salmo 16:11).
Soy amado (Romanos 5:8-9).
Soy hecho con un propósito (Efesios 2:10).
Soy Valiente (Josué 1:9).
Soy victorioso (1 Juan 4:4).
Soy libre (Juan 8:36).
Y Dios está conmigo siempre (Deuteronomio 31:6).

ESTUDIO DE LAS ESCRITURAS
Mateo 16:24; 1 Pedro 2:9; Juan 1:12; 2 Timoteo 1:7; Jeremías 31:3

APLICACIÓN
Confiar en Dios cuando nuestra reputación está en juego requiere fe. Fe en que Dios es fiel. Fe en que Dios hará lo que dijo que hará. Fe en que Dios tiene planes para prosperarnos y no hacernos daño. Fe en que somos lo que Dios dice que somos. Al final, la reputación de Dios siempre es más confiable que la nuestra, y por lo tanto, debemos seguir siempre Su voluntad con pronta obediencia.

[NOTA: La confianza y obediencia de José en Dios y en Su voluntad no solo lo ayudaron en su vida, sino que salvaron a Jesús de la muerte y mantuvieron fuerte e intacto su matrimonio. Si hubiera elegido no hacerlo, nunca habría tenido a María como su esposa y Jesús podría haber sido asesinado por aquellos que buscaban su vida.]

CAMINANDO HACIA LA VICTORIA

1. Confía primero y solo en la Palabra de Dios.

2. Recuerda lo que Dios dice acerca de ti, tu situación, tu familia y tu propósito.

3. Cambia cualquier cosa en tu vida que no esté en línea con la voluntad de Dios. Somete tu vida a Su Palabra y voluntad.