La Palabra de Dios dice que la oración de fe sanara el enfermo, y el Señor hará que esté bien. Por lo tanto, ¡no tendré miedo acerca de este reporte! ¡Tú no me has dado un espíritu de miedo! Oro por sanidad, y sé que mi oración tiene gran poder y produce resultados maravillosos. Me doy cuenta que mi cuerpo es el templo del Espíritu Santo que vive en mi interior y me ha sido dado por Dios. No me pertenezco a mí mismo, porque tú me compraste a un precio muy alto. Te honrare con mi cuerpo y cuidare de mí. Señor, envía Tu Palabra y sáname y arrebátame de la puerta de la muerte. Considero gozosamente que este problema a llegado a mi camino porque sé que cuando mi fe es puesta a prueba, mu resistencia puede crecer.
Gracias Señor, que llevaste mis enfermedades y mis dolencias cuando moriste en la cruz. Por tus llagas, somos sanos. Pondré cuidadosamente atención a tus palabras y no las perderé de vista. Permitiré que penetren profundamente en mi corazón, porque traen vida a para aquellos que las encuentran y sanidad para el cuerpo. ¡Alabado sea Dios!
Versículos de Referencia: Santiago 5:15-15; 2 Timoteo 1:7; 1 Corintios 6:19-20; Salmos 107:20; Santiago 1:2-3; Isaías 53:4-5; Proverbios 4:20-22.