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Pregunta del día

diciembre 17

Cuando doy, ¿cómo puedo estar seguro de que estoy dando en fe y no en mis propias fuerzas?

El mensaje de la prosperidad bíblica es muy poderoso, y como creyentes queremos sumergirnos en el río de la bendición y recibir lo mejor de Dios. Sin embargo, es importante que no tratemos de desarrollar el área de la prosperidad más rápido que el área de nuestra relación con Dios. Pues todo lo que hagamos como cristianos, debe estar basado en nuestra relación con Él y con Su Palabra.

En ocasiones los creyentes tratan de vivir en la plenitud de la prosperidad sin antes haber desarrollado la paciencia que necesitamos en la Palabra de Dios. En situaciones extremas, algunas personas han emitido cheques de cuentas bancarias que están vacías, tratando de sembrar semillas de fe. Pero sabemos que eso no es vivir por fe, pues dar un cheque sin fondos es un fraude, y la fe siempre está basada en la Palabra de Dios y en Su justicia. Acciones como ésas, pueden ser clasificadas como dar un paso hacia “la presunción”; no hacia la fe.

Podemos definir la presunción, en relación a la fe, como algo que hacemos basados en una suposición de lo que es correcto de hacer, sin estar seguros de que ésa sea la voluntad de Dios. Actuar fuera de la dirección de Dios, no traerá buenos resultados. La asignación de fe que tomemos, no debería sobrepasar los límites de la fe que hemos desarrollado.

Para saber si algo está basado en la fe o no, debemos verificar si se encuentra bajo la dirección de Dios, y si se alinea a Su Palabra. Necesitamos preguntarnos cuál es la verdadera motivación para hacer o alcanzar algo. Ahora bien ¿lo hacemos en nuestra obediencia al Señor, o sólo porque nosotros queremos?

Dios quiere bendecirnos en abundancia. Sin embargo, buscar Su dirección y Su tiempo es crucial; pues nuestra fe debe estar basada en Su dirección para nuestra vida. En Hebreos 6:12, dice que aquellos que tienen fe y paciencia heredarán las promesas de Dios. La fe en Dios debe desarrollarse antes del resultado que deseamos obtener.

Dios obrará más abundantemente de lo que podamos pedir o pensar conforme al poder que obra en nosotros (Efesios 3:20). Dios obrará a nuestro favor cuando nuestras acciones estén basadas en Su dirección, y si tenemos paciencia sabiendo que Él puede hacer cualquier cosa. Y una vez que la paciencia complete su obra perfecta, nosotros seremos perfectos y plenos (Santiago 1:4). Cuando ponemos en primer lugar todo nuestro desarrollo en Dios y Su Palabra, ¡la manifestación de nuestra prosperidad será inevitable!