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febrero 8, 2021

Las 3 Recompensas del Ayuno

¿Has estado evitando la práctica espiritual del ayuno? ¡Te estás perdiendo el poder de un ayuno bíblico! Descubre cómo con estas tres recompensas del ayuno.

Siempre que piensas en ayunar, ¿tu carne se agarra al cuello de la camisa y corre hacia el otro lado? ¡Es incómodo tener hambre! ¿Pero sabías que el ayuno es una poderosa herramienta espiritual que puede cambiar tu vida? Las recompensas son lo que nos invita a embarcarnos en un ayuno bíblico.

Hay momentos en los que los asuntos cotidianos de la vida y las constantes demandas de nuestro cuerpo parecen interponerse en el proceso de escuchar a Dios y operar en el reino espiritual, y el torrente del poder de Dios está reducido a un goteo en nuestras vidas.

Hay momentos en los que simplemente ser más insistentes en pasar tiempo con Dios, en Su Palabra y en oración reabrirá el flujo de lo sobrenatural en tu vida. Pero, en otras ocasiones, necesitas algo más, un tiempo dedicado enteramente a Él.

La Biblia habla de muchos momentos poderosos de ayuno espiritual, incluidos los siguientes:

  • Moisés ayunó mientras se preparaba para recibir los Diez Mandamientos (Deuteronomio 9: 9-18)

  • Elías ayunó cuando estaba en peligro físico debido a Jezabel (1 Reyes 19: 4-8)

  • Ester ayunó por la seguridad de los judíos (Ester 4: 15-17)

  • Daniel ayunó cuando necesitó revelación y una respuesta a la oración (Daniel 10: 1-3)

  • Jesús ayunó antes de embarcarse en Su ministerio terrenal (Mateo 4: 1-2).

¿Cuándo debo ayunar?

Una pregunta común que muchos tienen cuando se trata de ayunar es: ¿Cuándo deben ayunar? En Isaías 58, Dios explica algunas de las razones del ayuno bíblico, y otras también se evidencian a lo largo de la Biblia. Algunas de estas incluyen:

  1. Cuando buscas la dirección del Señor

  2. Cuando no has recibido respuesta a tu oración

  3. Por liberación (rompiendo el yugo de la esclavitud)

  4. Por un amigo que está bajo una pesada carga (para recibir una idea de su situación o para su liberación de la opresión)

En última instancia, debes dejarte guiar por el Espíritu antes de iniciar un ayuno, y siempre debes tener un propósito para hacerlo. Si el Espíritu Santo te ha estado presionando para que ayunes, ¡hazlo!

Hay muchas recompensas por el ayuno espiritual, pero son recompensas privadas entre tú y Dios. Estar espiritualmente orgulloso del hecho de que estás ayunando destruirá todo lo que estás tratando de lograr.

De hecho, en Mateo 6: 16-18, Jesús dice: “Cuando ustedes ayunen, no se muestren afligidos, como los hipócritas, porque ellos demudan su rostro para mostrar a la gente que están ayunando; de cierto les digo que ya se han ganado su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para no mostrar a los demás que estás ayunando, sino a tu Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.

¿Cuál sería esa recompensa? Ciertamente no es una palmada en la espalda por no comer. Las recompensas del ayuno están relacionadas con lo que te motivó a ayunar. Cualquiera sea la recompensa que busques, confírmala por fe; y declarala antes de entrar al ayuno. Espera recibirla. Dios verá en secreto y tú recibirás en público.

A medida que estudies la Biblia, descubrirás tres recompensas específicas del ayuno: el ayuno somete tu carne, el ayuno trae revelación y el ayuno conduce a la liberación. Obtén más información sobre cada recompensa a continuación.

1. El Ayuno Domina tu Carne

“El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil” –Mateo26:41 (NVI)

A veces, nuestras circunstancias naturales pueden dominar nuestros pensamientos. ¿Sabes, esos detalles en tu cara que parece que no puedes ignorar? Quieres operar con fe, quieres pararte en la Palabra, pero los hechos son tan contundentes que la verdad en la Palabra de Dios ha pasado inadvertidamente a un segundo plano. Entonces, ¿cómo puedes volver a poner a Dios en el asiento del conductor?

Tienes que limpiar tu carne. Verás, si la dejamos, nuestra carne secuestrará nuestra vida espiritual, dominará nuestro pensamiento y finalmente determinará el resultado … a menos que la detengamos. A veces, aumentar nuestro tiempo de oración y duplicar la Palabra de Dios lo solucionará. Pero, si necesitas escuchar la dirección divina del Señor, el ayuno somete tu carne y abre tus oídos espirituales para recibir.

Tal vez has estado atrapado en el mismo lugar, sintiendo que no has recibido una manifestación de las promesas de Dios, o estás buscando instrucción del Señor con respecto a una situación en particular. El ayuno bíblico puede allanar el camino para que escuches lo que Dios te ha estado diciendo todo el tiempo.

Cualquiera que sea el propósito, el ayuno no se trata solo de abstenerse de comer, es el acto de apartarse exclusivamente para Dios. Es dejar todo a un lado deliberadamente, someter la carne y prestarle toda tu atención. Esto permite que tu hombre espiritual domine, y tus oídos espirituales estén bien abiertos.

Andrew Murray lo explica de esta manera: “La oración es alcanzar lo invisible; el ayuno es dejar ir todo lo que se ve y es temporal. El ayuno ayuda a expresar, profundizar y confirmar la resolución de que estamos dispuestos a sacrificar cualquier cosa, incluso a nosotros mismos, para lograr lo que buscamos para el reino de Dios ”.

Vemos a lo largo de la Biblia casos en los que las personas necesitaban ayunar para obtener conocimiento espiritual. No era que Dios no estuviera hablando, es que las circunstancias se habían vuelto más fuertes que Su voz suave y apacible. Cuando Daniel ayunó de los alimentos lujosos que le ofreció el rey, había aumentado su percepción espiritual. Antes de que Jesús se embarcara en Su ministerio terrenal, hizo un ayuno de 40 días para someter Su carne y fortalecer el poder del Espíritu Santo dentro de Él.

Cuando te encuentras en una atmósfera de ayuno, oración y estas dispuesto a escuchar a Dios, le estás dando la oportunidad de hablar. Estás dejando espacio para que Él se mueva y cambie las cosas.

De hecho, si entras en un ayuno espiritual con la dirección del Espíritu Santo, a menudo encontrarás que en el proceso de ayuno, ni siquiera vas a sentir hambre porque tu hombre espiritual se ha convertido en la fuerza dominante. Tu cuerpo simplemente no puede gritar tan fuerte porque tu espíritu tiene el control. Es por eso que cuando Jesús ayunó durante 40 días, solo “después tuvo hambre”.

El hecho de que el ayuno someta tu carne para que puedas escuchar mejor a Dios puede ser todo lo que necesitas para avanzar.Kenneth Copeland dice: “El ayuno apaga la influencia del cuerpo, para que el hombre espiritual pueda dominar. Mientras permanezcas en la PALABRA y en comunión con Dios, no serás gobernado por la carne. Glorificarás a Dios con tu cuerpo “.

2. El Ayuno trae Revelación

“Los que ayunan así brillarán como la luz de la aurora, y sus heridas sanarán muy pronto. Delante de ellos irá la justicia y detrás de ellos, la protección de Dios”. –Isaías 58: 8 (TLA)

Cuando ayunas, “tu luz” (tu revelación) se abrirá paso. ¿Qué es la luz de Dios? “La enseñanza de tu palabra alumbra…” (Salmo 119: 130). En otras palabras, cuando ayunas, comenzarás a recibir de la luz de Su Palabra porque el ayuno trae revelación. Dios te dará revelación, nueva percepción y entendimiento, todo lo cual fortalecerá tu fe para recibir de Él.

El ayuno te ayuda a sintonizarte con el reino espiritual donde la sanidad y toda tu herencia ya te pertenecen.El ayuno espiritual apagará las influencias de los cinco sentidos físicos, para que puedas caminar en el espíritu. Tu sanidad, tu victoria, tu fuerza, tu fe y el poder de Dios están todos en el espíritu.

Entonces, cuando ayunas, preparas tu espíritu para recibir revelación. Puede ser para entender algo de la Palabra que sabes que Dios ha estado tratando de revelarte, pero no has podido comprender. El ayuno trae revelación, y esa debe ser una de las recompensas que buscas.

Asegúrate de que cuando estés buscando al Señor para recibir revelación sobre una situación en particular, no estés tratando de influir en Él para que haga algo por ti. No ayunes para impresionar a Dios. El ayuno no cambia a Dios, ¡te cambia a ti!

Cuando ayunes, espera escuchar de Dios, espera revelación de Él, una gran recompensa. Al hacer esto, recuerda que ayunar es dejar las cosas a un lado solo para estar con Dios. Tampoco siempre tienes que abstenerte de comer comida rápida. * Puedes ayunar tiempo en el celular o el periódico. Algunas personas dejan a un lado el café, los postres, la televisión o las redes sociales; estas son cosas maravillosas para dejar de lado. ¡Es asombroso cuánta paz llega a tu vida cuando dejas de ver televisión secular!

Si dejas estas cosas a un lado todos los días durante una semana y, en cambio, pasas ese tiempo en la Palabra de Dios, verás una transformación en tu vida. Incluso puedes crear un nuevo hábito, un estilo de vida de ayuno, que te llevará a victorias que nunca imaginaste posibles.

Gloria Copeland compartió una vez sobre un tiempo de ayuno mientras estaba en un viaje donde normalmente disfrutaba de los postres:

“Dije: ‘No voy a ver televisión secular, no voy a ver las noticias, no voy a leer el periódico y no voy a comer postres’. Te hubieras asombrado de los maravillosos postres que vi en ese viaje. Nos deteníamos en la parada de camiones que peor se veía para cargar gasolina, y tenían pastel de zanahoria casero, pastel de coco casero, pasteles caseros de helado de limón, y un poco de azúcar hubiera sido genial. Pero ya sabes, llegas a un punto donde ya no quieres esas cosas, y después de unos días, mi gusto por estas cosas desaparecio”.

Ese es un gran ejemplo de cómo entrenas tu carne. Eventualmente, encontrarás que tu deseo por lo que ayunaste disminuirá. Dios quiere que lleguemos a donde nuestro deseo no es nada más que Él. Quiere que disfrutemos la vida, pero quiere estar en el primer lugar.

3. El Ayuno Conduce a la Liberación

“¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados… ”- Isaías 58: 6 (KJV)

 Hemos sido liberados del poder de las tinieblas mediante el sacrificio de Jesús. Se ha pagado el precio. Si hay algún yugo de opresión, el creyente puede y debe liberarse de él. Sin embargo, cualquiera que no reciba liberación de sus ataduras está siendo retenido por una cosa: la incredulidad.

Esto es lo que les sucedió a los primeros discípulos de Jesús. Jesús les había dado poder para echar fuera al diablo (Lucas 10:19), e incluso experimentaron algo de ese poder (versículo 17). Pero en Marcos 9:28, los encontramos perplejos por una situación particularmente difícil cuando no pudieron expulsar a un demonio de un niño. Cuando más tarde le preguntaron a Jesús por qué habían fallado, Él dijo: “Este género sólo puede salir con oración y ayuno” (versículo 29).

Ahora bien, el ayuno, en este caso, no habría cambiado a Dios ni a Su voluntad con respecto al niño. Pero habría cambiado a los discípulos. Jesús ya había ordenado a los discípulos que expulsaran al demonio. Ese demonio era indudablemente terco, y cuando resistió, los discípulos cayeron en la incredulidad. Si hubieran estado ayunando y orando, habrían sido fuertes en el espíritu y habrían podido hacer lo que hizo Jesús: ¡expulsar al demonio! (Véase Juan 14:12.)

Si has nacido de nuevo y comienzas a enfrentar la tentación de someterte a la oscuridad, comienza a ayunar y a orar. Participa en cada reunión del Espíritu Santo que puedas hasta que obtengas suficiente de la Palabra de Dios en ti para separarte de las cosas que intentan hacerte retroceder.

Ten en cuenta que no es el ayuno en sí lo que trae la liberación, es el ayuno espiritual lo que conduce a la liberación. Jesús ya obtuvo la liberación mediante la obra completa de la redención. El Espíritu Santo que vive dentro de ti sabe orar para traer liberación. El ayuno simplemente trae al hombre espiritual, que está en unión con el Espíritu Santo, a ascender sobre la carne. También limita la influencia de los apetitos físicos, para que puedas escuchar y responder eficazmente al Espíritu Santo.

Quizás has estado orando por miembros de tu familia que no son salvos. Es posible que sientas que deberías hacer más para acercarlos a Dios. Puedes comprometer tu ayuno como un tiempo de intercesión especial. En este caso, no estás tratando de motivar a Dios para que los salve. Has estado intentando hacer eso durante años. Simplemente estás haciendo una conexión de fe con el Padre, dándole la oportunidad y la fe para lograr ese trabajo. Establece eso como tu recompensa.

Esto también es cierto para un ayuno proclamado. Declara el propósito del ayuno y esa será la recompensa.

Una Advertencia…

Al embarcarse en la búsqueda de las recompensas del ayuno, asegúrate de haber cumplido las condiciones necesarias para ver los resultados.Antes de comenzar un ayuno espiritual, deshazte de todas las disputas, chismes o cualquier otra cosa que esté fuera del camino del amor. DEBES estar operando en el amor de Dios para ver los resultados de un ayuno.Estas condiciones evitan que Satanás entre y destruya la eficacia del ayuno. Si no estás operando con amor, tu ayuno no te beneficiará.

¿Estás listo para recibir las recompensas del ayuno? El ayuno somete la carne, el ayuno trae revelación y el ayuno conduce a la liberación. ¡Ayunar vale el sacrificio! Tómate el tiempo para presentarte ante Dios. Sepárate de las cosas del mundo y emprende un ayuno espiritual. ¡Tus recompensas no tendrán precio!