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Pregunta del día

mayo 19

¿Usa Dios la enfermedad para enseñarnos algo o disciplinarnos?

La tradición nos ha enseñado que Dios utiliza la enfermedad, los problemas y las tribulaciones para enseñarnos algo. Sin embargo, esa idea no está basada en la Palabra de Dios. Pues, Él nunca usa la enfermedad para disciplinar a Sus hijos ni para mantenerlos en el camino correcto. La enfermedad proviene del diablo, y ¡Dios no necesita que el diablo nos corrija! Él envió Su Palabra para hacerlo.

2 Timoteo 3:16-17 dice: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra».

Una de las cosas que ha hecho creer a las personas que Dios es quien nos impone la enfermedad, es la redacción de la Versión Reina Valera de algunos versículos bíblicos. Por ejemplo, Deuteronomio 28:61: «Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido».

El doctor Robert Young, autor de la Concordancia bíblica Young´s Analytical Concordance to the Bible, nos da algo de luz para ese y otros versículos en su libro: Hints to Bible Interpretation. En su libro, explica que el lenguaje hebreo contiene idiomas que no pueden ser traducidos al lenguaje inglés, y tampoco puede entenderse de manera apropiada. Así también había muy poco entendimiento en los verbos permisivos y causativos.

En otras palabras, de acuerdo con los estudios del doctor Young, Deuteronomio 28:61 debió haberse traducido con un verbo permisivo, para lectura poder tener una mejor de él. “Toda enfermedad y toda plaga, que no está escrita en el libro de esta ley, será el Señor el que las PERMITA ASCENDER a ustedes hasta que sean destruidos”. Refiriéndose entonces a los primeros y muchos versículos de Deuteronomio 28, en donde se confirma eso.

Quizá tu preguntes: “Pero aunque Dios no es la fuente de la enfermedad ¿no es cierto que Él permite que el diablo nos enferme?”.

Así es. Sin embargo, no es desde el punto de vista de corrección, sino desde el punto de vista de autoridad. Y Dios lo permite porque nosotros lo permitimos. ¿Por qué? Porque Él nos ha dado el derecho de tomar nuestras propias decisiones, junto con la autoridad sobre el reino de las tinieblas en el nombre de Jesús.

Presta atención a lo que Dios dijo en Deuteronomio 30:19: «A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros; que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia». La elección de experimentar la vida o la muerte, la bendición o la maldición, la tenemos nosotros. Y siempre a sido de esa forma desde el principio de la creación».

Cuando Dios creó a Adán, le dio la capacidad y el privilegio de tomar sus propias decisiones. Adán nunca había experimentado una enfermedad hasta que, por su propia voluntad, le desobedeció a Dios. Y como resultado de su desobediencia, llegó a ser gobernado por un nuevo “dios” y un nuevo reino –Satanás y el reino de las tinieblas−. En Romanos dice que el dominio de las tinieblas que Adán experimentó después de haber pecado, fue transmitido a todos los seres humanos. Por consiguiente, toda la raza humana necesitaba un redentor, o tendría que regresar a la soberanía de Satanás.

Dios pagó un alto precio para redimirnos del poder de Satanás. Envió a Jesús a la cruz, y fue ahí donde Él tomó nuestros pecados, fue castigado por nuestra desobediencia, y borró nuestras enfermedades y dolencias. A la luz de eso, habría sido una injusticia de Dios poner la enfermedad de vuelta en nosotros.

Todo lo bueno, y los regalos perfectos provienen de Dios. No importa lo que la tradición te haya enseñado; las enfermedades y las dolencias no entran en esa categoría…en ningún momento, de ninguna forma, o por ninguna razón. Nosotros somos redimidos.