En 1 Juan 4, dice que debemos probar a los espíritus para saber si provienen de parte de Dios. Necesitamos examinar todas las cosas, y retener las que son buenas (1 Tesalonicenses 5:21).

Esto es cierto, ya sea que recibamos un sueño o una visión durante la noche, o algo que una persona nos haya dicho que pueda afectar el curso de nuestra vida. Debemos probar la profecía, la visión, o el sueño para asegurarnos que se alinea con la Palabra de Dios. Y eso, hará imposible que Satanás pueda engañarnos. Pues la Palabra de Dios es Su voluntad, y ésta no está sujeta a ningún error; no puedes equivocarte si acudes a la Palabra de Dios. El apóstol Pablo dijo en Gálatas 1:8: «Si alguien —ya sea nosotros o incluso un ángel del cielo— les predica otra Buena Noticia diferente de la que nosotros les hemos predicado, que le caiga la maldición de Dios» (NTV).

De la misma manera, ya que eres cristiano, cuentas con otra ayuda para determinar si algo proviene de Dios o no. El Espíritu Santo le hará saber a tu espíritu cuál es la verdad. Él nunca te revelará algo que contradiga a la Palabra escrita de Dios.

Muchas personas han recibido profecías, visiones, o sueños creyendo que provienen de Dios, cuando en realidad provienen de Satanás. Satanás puede revelarse como un ángel de luz, engañando a la persona, para luego actuar conforme a lo que se ha dijo sin haberlo comprobado con la Palabra de Dios (2 Corintios 11:14).

Conclusión: Siempre debes recordar que que todos los sueños, visiones, y profecías deben estar de acuerdo con la Palabra escrita de Dios.