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Pregunta del día

enero 30

¿Está mal desearle a alguien buena suerte?

El problema con desearle a alguien buena suerte es que, como cristianos, no vivimos de la suerte.

El hermano Copeland asegura que si tu investigas los términos “azar”, “cartas del tarot”, “la dama de la suerte” y “el comodín”, descubrirás que la raíz de la palabra será la misma que se utiliza para “suerte”. No es de sorprenderse que la palabra suerte, al parecer se hizo popular por primera vez al usarse como un término de apuestas. Como cristianos debemos comprender que no vivimos al azar o por suerte. Al contrario, vivimos por la Palabra y el Espíritu de Dios, el cual siempre nos guía a un camino específico para llegar a un fin deseado (Proverbios 3:5-6; Jeremías 29:11).

Dios y Su Palabra nos dirigen y nos guían, ¡no la suerte!