Los diezmos y las ofrendas son parte del sistema financiero de Dios. Éste sistema es completamente diferente al del mundo porque fue creado ¡para ayudarte a prosperar!

El término diezmo, significa: décimo. Diezmar es darle el 10% de todos tus ingresos al Señor. Puede parecer ilógico que entregar el 10% de tus ingresos te haga prosperar, pero la explicación la encontramos en Malaquías 3:10-12:

«Entreguen completos los diezmos en mi tesorería, y habrá alimento en mi templo. Con esto pueden ponerme a prueba: verán si no les abro las ventanas de los cielos y derramo sobre ustedes abundantes bendiciones. Lo digo yo, el Señor de los ejércitos. Además, reprenderé a esos insectos que todo lo devoran, para que no destruyan los productos de la tierra, ni dejen sin uvas sus viñedos. Lo digo yo, el Señor de los ejércitos. Todas las naciones dirán que ustedes son bienaventurados, porque serán una nación envidiable…».

Dios considera que el diezmo es parte esencial de tu éxito financiero.

La ofrenda se diferencia del diezmo en que la ofrenda es una dádiva voluntaria que se le da a cualquier persona u organización. Es un regalo extra al diezmo —no reemplaza tu diezmo—. Una ofrenda puede darse en dinero, en ropa, en comida o a través de cualquier cosa que Dios te indique.

En el sistema de Dios, ésa es la forma en que tú prosperas. Por ejemplo, si deseas ropa nueva, ora al respecto y después considera regalar parte de tu ropa como semilla. (Recuerda sembrar una buena semilla). Luego, sé paciente y espera tu cosecha. Si deseas salir de deudas, busca una forma de ayudar a alguien más. Como se nos indica en Lucas 6:38: «Den, y se les dará».