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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Valore la sangre

Kenneth Copeland
«¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de
Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado,
e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?»
(Hebreos 10:29).

Cuando no perdonamos a nuestros hermanos creyentes, negándonos a amarlos por algo que hayan hecho; deshonramos la sangre de Jesús. Ése es un tema muy serio, pues nos coloca en posición de ser juzgados y castigados. No podemos escapar a ese castigo suplicando misericordia, pues la misericordia se recibe por medio de la sangre. Y cuando nos negamos a extender misericordia no podemos recibir ese beneficio.

Recuerda el día en que nació de nuevo e hizo la siguiente oración: Padre, perdona mis pecados. Acepto a Jesús como mi SEÑOR. Por favor, entra a mi corazón. ¿Por qué el Padre no lo rechazó? ¿Por qué no le dijo: No, no quiero que formes parte de esta familia de fe, puedes estropear las cosas. Sé qué has hecho y no quiero un hijo así?

Le diré por qué Dios no dijo eso. Porque honró la sangre de Jesús más que a sus pecados. Dios consideró esa sangre tan preciosa que la contó como pago suficiente por la deuda que usted tenía con Él. En lo que al Señor respecta, cuando la sangre de Jesús fue derramada, el problema del pecado fue resuelto para siempre. Los pecados fueron perdonados de una vez por todas. Sólo debe recibir ese beneficio es recibir a Jesús como Señor para recibir ese beneficio.

Ahora que ya hemos recibido esos beneficios, es un mandato divino que perdonemos a los demás, de la misma manera en que Dios nos perdonó por medio de Cristo (Efesios 4:32). Eso significa que debemos poner la sangre de Jesús por encima de los pecados de las personas. Significa que tenemos que valorar la sangre de Jesús, y ver esa sangre como pago suficiente; por cualquier ofensa que una persona cometa. Es necesario amarnos de manera incondicional, y perdonarnos el uno al otro; no porque lo hayamos ganado o lo merezcamos; sino porque tenemos un pacto con Dios y con las demás personas por medio de la sangre de Jesús. No hagamos nada que deshonre la sangre de Jesús.

Cuando usted comprenda lo serio que es deshonrar la sangre de Jesús, no se dejará manipular por sus emociones cuando alguien le haga daño. En lugar de permitirle a sus sentimientos carnales e insensatos que lo dominen, levántese en el espíritu y honre la sangre de Jesús. Su Sangre será razón suficiente para perdonar a su hermano. A través de la fe en esa Sangre, le ofrecerá a los demás el perdón que Dios le extendió a usted.

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.