«Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.»
(Gálatas 5:16-17)
¿Ha escuchado usted alguna vez el antiguo dicho: “Comer un hielo mata la fiebre”? Algunas personas aseguran que esto ayuda a curar los síntomas de la enfermedad en su cuerpo. No sé si sea verdad o no, sin embargo, puedo darle una fórmula parecida; la cual es una cura segura cuando está enfermo espiritualmente. Ésta le ayudará a vencer los síntomas de egoísmo en su vida de amor.
¡Alimente su espíritu, y mate su carne!
Quizá eso no se escuche muy poético, sin embargo, es absolutamente bíblico. Y, por experiencia, ¡puedo asegurarle que funciona!
Ésta es la razón. Una vez que ha nacido de nuevo, recibe en su interior un espíritu renacido y puro. Por dentro, usted es una nueva persona recreada en Cristo Jesús, hecho con el fin de vivir en amor. Pero por fuera, viste la misma y antigua carne que siempre ha tenido. Y hasta que renueve su mente con la PALABRA de Dios, tendrá los mismos viejos pensamientos.
Es claro que todo esto creará un conflicto. La carne (la cual está conformada de su mente no renovada, y de su cuerpo muerto en lo espiritual) lo llevará hacia una dirección —el camino incorrecto— y su espíritu lo llevará a otra. En la Biblia leemos que: “Ambos son contrarios entre sí”; y hasta que lleguemos al cielo o seamos arrebatados, siempre serán contrarios.
Si su espíritu tiene el dominio, vencerá los deseos de la carne. Vencerá al egoísmo y vivirá en amor. Si su carne tiene el dominio, realizará las mismas viejas cosas que hacía antes de nacer de nuevo. La pregunta es: ¿Qué lado ganará?
La respuesta es obvia. El lado que sea más fuerte siempre tendrá la ventaja.
Eso significa que si usted renueva su mente con la PALABRA de Dios, abastece su corazón con alimento espiritual y lo edifica orando en lenguas; teniendo comunión con Dios, y fortaleciéndose, y congregándose en una iglesia ungida, Su espíritu se levantará y vencerá su carne. Si se da a sí mismo una ventaja extra apartándose de los placeres del mundo —sí, placeres, cosas desagradables como las películas que acostumbra mirar y esas sesiones de chismes en la oficina— su carne se debilitará más y más; y su espíritu ganará la batalla con facilidad.
Recuerde esto cuando comience a sufrir síntomas de egoísmo, y tropiece en su vida de amor. Tome la cura. Alimente su espíritu y mate su carne; y entonces será más fuerte en lo espiritual y ¡estará saludable muy pronto!