«¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!»
(Salmos 31:19)
Dios no sólo tiene un amor ilimitado por nosotros, también desea expresárnoslo al derramar Su bondad de manera ilimitada sobre nuestra vida. No hay nada que lo deleite más que la oportunidad de BENDECIR a Sus hijos obedientes. Tal como lee mos en Salmos 35:27: ¡Dios…ama la prosperidad de Su siervo!” (AMP).
F.F. Bosworth, en su maravilloso libro que habla acerca de Jesús el Sanador, nos afirma:
Dios es infinitamente Bueno, y permanece dispuesto a derramar bendiciones sobre Su creación. Él sólo espera que nos dispongamos a recibirlas, le ejemplificare la magnitud de Su bondad: Supongamos que el vasto océano pacífico se elevara tanto que quedara por encima de nosotros; y luego la presión que éste ejerce creara grietas por las cuales el océano se derramara sobre toda la Tierra. De la misma manera Dios quiere derramar Su bondad sobre nosotros.
¡Analícelo! ¡Un océano de la bondad de Dios a la espera de ser derramado en nuestra vida!
Le parece emocionante. Pues eso es lo que nos enseña la Biblia. En la traducción hebrea de Salmos 31:19, se nos enseña: Dios tiene bondades “atesoradas” para nosotros. Ese concepto se afirma en Éxodo 33:18 Cuando Moisés le pide a Dios que le mostrara Su gloria. Los comentarios de los eruditos en la Biblia hebrea nos dan una introspectiva de lo que en realidad sucedió. En el versículo 19 donde Dios le dijo a Moisés: «…Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro…»; en realidad significa: “Es el tiempo de mostrarte toda la bondad divina a un nivel en que puedas asimilarla”.
Luego explica que Dios le mostró a Moisés todas las recompensas que tenía atesoradas para el justo. ¡Así es! De acuerdo con los eruditos judíos, Moisés vio una gran cantidad de recompensas guardadas y el SEÑOR le dijo que eran las bondades guardadas para quienes las reciban.
Así es, Dios en Su gran amor tiene buenas cosas guardadas, preparadas y listas para nosotros. Él ha establecido que cada uno de nosotros sea rico más allá de nuestros más grandes sueños, que seamos libres en todas las áreas de la vida, plenos, y con familias integradas. No importa qué necesidad tenga, para Dios no será un reto suplirla. Él tiene reservado más que suficiente para usted, y desea dárselo sólo porque ¡lo ama!
No se asombre, así es Dios. Su amor es tan bueno y sorprendente que literalmente, pasaremos la eternidad recibiendo todo lo que ¡Él tiene para dar!