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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Sentado al borde de Su trono

Kenneth Copeland
«Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo; el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto.»
(Hechos 2:19-20)

Durante mi vida adulta, mi madre solía decirme: «Kenneth, Jesús vendrá este año». 

Yo le respondía: ¿En serio, mamá? 

«Así es, Él viene este año. Y será mejor que endereces tu vida».

Aunque Jesús no vino cuando mi madre lo decía, ella tenía razón, ¡Él está por venir! No sé si este año o el próximo; o quizá la siguiente semana. Pero de lo que estoy seguro es que Él viene, y es más pronto de lo que muchos piensan.

Sólo vea a su alrededor. No importa en que lugar del planeta viva, hay más gloria, más derramamiento, más predicas, más Palabra, más creyentes; incluso más infierno sobre la Tierra de lo que había antes. No es nada comparado a lo que alguna vez haya visto la humanidad. 

Usted y yo estamos viviendo y obrando en un nuevo periodo de tiempo. Cuando aceptamos a Jesús como el Señor de nuestra vida, entramos a Su línea de tiempo y Él intervino en nuestra vida. Pero lo que deseo que entienda es que el periodo de tiempo de Dios y el del mundo no funcionan igual. Aunque ocupamos el mismo lugar que el resto del mundo, no vivimos en la misma línea de tiempo.

Desde la creación, Dios estableció cuándo sería el momento en el que obraría con la humanidad. Es un periodo de siete días, en el cual un día equivale a mil años. Por ejemplo, vemos en Génesis que Dios creó la Tierra en seis días y descansó en el séptimo. Después Él le entregó a la humanidad en usufructo la Tierra por 6,000 años. Jesús nació dentro de ese periodo, a los 4,000 años —o en el cuarto día—. Para comprenderlo mejor, podríamos decir que han transcurrido 2,000 años después del nacimiento y ministerio de Jesús, lo cual suman 6,000 años desde que Adán fue creado.

Entonces ¿en qué momento nos encontramos en nuestro reloj espiritual? Entramos en un periodo corto de tiempo, entre el contrato de arrendamineto que Adán poseía sobre la tierra —y el dominio de Satanás como consecuencia de la caída de Adán— y el periodo que se relata en Hechos 2:19-20. Estamos atrapados entre el lapso de los 6,000 años que ya han pasado y los 1,000 que están por venir, los cuales representan el milenio en el que reinará Jesús de Nazaret. Y será la primera vez en la existencia de la humanidad, desde la caída de Adán, en la que estará total y completamente fuera del alcance de Satanás. 

Le aseguro que ¡Jesús ya viene! Él se levantará de Su trono celestial y regresará a la Tierra. Quizá no se ha levantado aún, pero ya se encuentra al ¡borde de Su trono!

Lectura bíblica: Números 7:1-48; Lucas 23

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.