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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Renuncie a la autocompasión

Gloria Copeland
«Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos
luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos.
Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel
pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos
de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde
pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el
pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También
vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a
nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos. Entonces toda la
congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche»
(Números 13:30-33, 14:1).

La próxima vez que se sienta tentado a disfrutar de un poco de autocompasión, recuerde esta historia. Cuando se sienta pequeño, insignificante y derrotado por las circunstancias que lo rodean; y desee quejarse y llorar porque nadie lo ama o cuida de usted… tenga cuidado. Para Dios hablar de esa manera es quejarse.

Él no aumentará su incredulidad dándole una palmada en la espalda, y sintiéndose mal por usted; pues el SEÑOR no se regocijará por sus quejas. De hecho, es muy probable que le diga lo mismo que le expresó al pueblo de Israel: « ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no creerán en Mí…?» (Números 14:11).

Una vez que ha leído en la PALABRA que Dios lo ama, Él espera que usted crea, declare y actúe conforme a la PALABRA. Por consiguiente, no importa qué tantas cosas malas lo rodeen, no vuelva a decir: “Nadie me ama”. No permita de nuevo que ese tipo de pensamiento entre a su mente.

Cuando sea tentado a sentirse del tamaño de un saltamontes, oprimido por las circunstancias a su alrededor, tome el control de su pensamiento y cambie esa imagen. ¡Véase como un gigante en el SEÑOR y un amado de Dios! Abra su boca y confiese: ¡Dios es bueno conmigo!

Si usted lo confiesa, le aseguro que no pasará mucho tiempo para que los demás, también sean buenos con usted. A medida que reciba el amor de Dios, y actúe conforme a éste, será más amoroso con las personas y lo hará de forma natural. Pondrá en práctica la ley de la siembra y la cosecha. A medida que ame a su prójimo, ese amor será multiplicado y volverá a usted.

Si escoge seguir ese camino, no lo vencerán las circunstancias negativas que lo rodean. Se levantará como Caleb, y las vencerá. Superará su autocompasión, se aferrará al amor de Dios y celebrará en la Tierra Prometida.

Acerca de:Gloria Copeland

Gloria Copeland

Gloria Copeland es una autora destacada y ministra del evangelio, cuya misión de enseñanza es conocida a nivel mundial. Los creyentes de todas partes del planeta la conocen por medio de distintas Conferencias de Creyentes y Campañas de Victoria, artículos de revistas, discos compactos y videos de enseñanzas, y a través del programa televisivo La Voz de Victoria del Creyente. Ella es anfitriona del programa junto a su esposo Kenneth Copeland. Gloria es conocida también por La Escuela de Sanidad, la cual inició en 1979 en las reuniones de KCM, enseñando así la Palabra de Dios a millones de personas y compartiendo las claves de una vida
cristiana victoriosa.
Gloria Copeland ha escrito muchos libros, entre los cuales se encuentran: La voluntad de Dios para usted, La voluntad de Dios es la prosperidad, Walk With God, Hidden Treasures y To Know Him. Ella y su esposo han sido coautores de diversos materiales entre los que figuran: Healing Promises, En búsqueda de Su presencia, Promesas para la familia, y el devocional diario best seller Crezcamos de fe en fe: Una guía diaria para la victoria.
Gloria tiene un doctorado honorífico de la universidad Oral Roberts. En 1994 recibió la distinción de Mujer cristiana del año, un reconocimiento que se otorga a mujeres cuyo ejemplo de liderazgo cristiano es excepcional.  También es cofundadora y vicepresidenta de los Ministerios Kenneth Copeland de
Fort Worth, Texas.