«…porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.»
(Hebrews 13:5-6)
Sin valentía jamás podrá permanecer firme en la Palabra de Dios en ninguna circunstancia. No podrá recibir lo que Dios le ha prometido, pues el temor vendrá y robará la fe de su corazón.
Observe que, su punto de temor es su punto de fracaso. Donde comienza el temor ahí termina la fe. Se necesita valentía para romper la barrera del temor, para hacerla retroceder más y más hasta que usted pueda decir: “No temeré”, y esas palabras sean realidad en su vida.
No puedo contar cuántas veces he tenido que destruir esa barrera. La ocación más memorable fue cuando Dios nos indicó que debíamos transmitir nuestro programa por televisión. Realmente tuve algunas dificultades con esto cuando Dios lo puso en mi corazón por primera vez. Yo lo anhelaba, pero sabía lo costoso que era, y no podía ni imaginar por dónde comenzar, mucho menos cómo lograrlo.
Así que Gloria y yo comenzamos a meditar en lo que Dios decia al respecto. Orábamos y hablábamos en fe. Meditábamos en la Palabra de Dios y en Su habilidad, en vez de pensar en la nuestra.
Este proceso duró mucho tiempo. Luego una mañana mientras regresábamos de Arkansas a Texas, nos detuvimos para desayunar. Cuando salimos del automóvil yo ya no tenía más ideas de cómo podríamos grabar en televisión que las que había tenido el mes o el año anterior.
Pero en un instante, mientras desayunábamos y conversábamos acerca de nuestro ministerio de televisión, la fe que necesitaba se apoderó de mi corazón. Miré a Gloria y me di cuenta, por la expresión de su rostro, que ella había sentido lo mismo.
Le dije: “Gloria, mañana es lunes. Vamos a casa y hagamos los arreglos necesarios para transmitir nuestro programa televisivo.”
De pronto, todo pareció más fácil. No teníamos el dinero, pero sí la fe. Y si usted posee la fe, obtendrá el dinero. No llamamos al banco, de hecho se habrían burlado de nosotros; sin embargo, Dios nunca se burlaría.
Bien, quizá alguien podría argumentar: “Pero requiere de mucho valor buscar un espacio en televisión cuando no se cuenta con el dinero en el banco para pagar todos los gastos”.
Así es, pero el valor surgió al meditar en la Palabra. Conforme la estudiaba, mi capacidad para tener fe aumentó más al punto en el que un día pensé: No hay ninguna razón para no hacerlo. Todo lo puedo a través del Ungido y Su unción que ¡me fortalecen! Derribé ese límite de temor por fe. Se requiere de valor para hacerlo… y éste proviene al meditar en la Palabra de Dios.