«Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.»
(Juan 20:21)
Existe una razón por la cual nosotros, como creyentes, necesitamos recibir toda LA BENDICIÓN que Dios nos ha prometido. Y por esa misma razón, deberíamos pelear la buena batalla de la fe, y recibir la plenitud de la victoria que Jesús compró para nosotros —en espíritu, alma y cuerpo—. Pues esa razón, no sólo se refiere a que tengamos nuestras necesidades suplidas y disfrutemos de buena salud. Tampoco se refiere a que podamos disfrutar nuestra vida y mirar televisión cómodamente. No, la razón va mucho más allá de eso.
Deberíamos hacerlo porque amamos al SEÑOR Jesús, porque Él nos envió a ser Sus representantes en este mundo, así como Jesús fue enviado a ser el representante del Padre en el mundo. Es importante que cumplamos con esa función porque Dios nos ha dado un propósito y un llamado, y debemos desear cumplirlo.
Pareciera que muchos cristianos tienen la idea de que Jesús realizará Sus obras en la Tierra sin la ayuda de Su Iglesia. Piensan que aun sin nosotros, Él puede ministrar a las personas y cumplir la Gran Comisión. Sin embargo, eso no es lo que se establece en el Nuevo Testamento. En éste se nos enseña que somos el Cuerpo de Cristo en la Tierra. Aunque Jesús es la Cabeza, las obras que está realizando hoy en el planeta, las lleva a cabo ¡a través de nosotros!
Nuestro cuerpo es importante para Jesús, pues es el templo de Su Espíritu Santo. Necesitamos que nuestro cuerpo sea fuerte y saludable, a fin de que llevemos a cabo lo que Él necesita. Nuestra mente es importante para Jesús, por tanto, debemos mantenerla libre de la opresión del diablo. Es importante que tengamos mentes ágiles, y llenas de la sabiduría de Dios, a fin de que podamos servirle de manera efectiva al Maestro. Nuestras finanzas son importantes para Jesús. Debemos ser prósperos para tener el dinero suficiente, a fin de llevar a cabo lo que Jesús nos ha llamado a cumplir en este planeta.
¿Recuerda cómo Jesús sanó y liberó al endemoniado de Gadara? Lo liberó de la legión de demonios, lo cubrió y sanó su mente. Pero ahí no terminó la historia. Antes de irse, Jesús le dijo a este hombre: «…Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo…» (Marcos 5:19).
Jesús liberó a ese hombre para que cumpliera un propósito, y un llamado. Y Dios hará lo mismo con usted y conmigo.
Por esa razón, es muy egoísta de nuestra parte sentirnos satisfechos con menos de lo que Dios desea que obtengamos, o permitir que el diablo nos derrote en cualquier área de nuestra vida. Jesús necesita que seamos prósperos y que disfrutemos de buena salud, así como prospera nuestra alma. Si siempre estamos enfermos, en la quiebra y heridos, seremos incapaces de cumplir la misión que Dios nos ha encomendado. Jesús necesita que seamos espiritual, física y financieramente capaces para culminar la obra que Él comenzó.
Dios necesita que seamos BENDITOS para BENDECIR. Y si en realidad lo amamos, eso haremos con exactitud.