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diciembre 14, 2023

DÍA 5 – Isaac, Acuerdo con el plan de Dios

“Luego el ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo. —El Señor dice: Ya que me has obedecido y no me has negado ni siquiera a tu hijo, tu único hijo, juro por mi nombre que ciertamente te bendeciré. Multiplicaré tu descendencia hasta que sea incontable, como las estrellas del cielo y la arena a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos; y mediante tu descendencia, todas las naciones de la tierra serán bendecidas. Todo eso, porque me has obedecido.”(GÉNESIS 22:15-18, NTV).

Un día, el padre de Isaac le dijo que iban a hacer un sacrificio a Dios, así que fueron. Cuando estaban casi en el lugar del altar, el padre de Isaac le dijo que llevara la leña mientras iban. Isaac no discutió con su padre y solo le preguntó una vez, dónde estaba la ofrenda. Cuando su padre le dijo que Dios proveería, Isaac le creyó y ni siquiera peleó ni discutió cuando su padre lo puso en el altar de sacrificio. Imagina lo que podría estar pasando por la mente del joven cuando su padre levantaba el cuchillo en el aire sobre él… ¿estaría pensando, Dios proveerá. Dios proveerá? Imagina cuanto creció su fe cuando el matorral se agitó con el sonido de un carnero atrapado, ¡y su padre bajó el cuchillo!

Ese día fue muy importante en el plan de Dios para la Redención de la humanidad. Profetizó el próximo sacrificio del único Hijo de Dios, y le dio a Dios el permiso para hacerlo. Sin la obediencia de Abraham y sin la sumisión de su hijo Isaac, el plan para bendecir a todas las generaciones de la tierra habría terminado.

Abraham sabía que la promesa dada por Dios requería que su hijo viviera. Isaac debió haber crecido escuchando acerca de la promesa de generaciones y de la fidelidad de Dios. Tanto el padre como el hijo entraron voluntariamente en acuerdo con el plan de Dios y, al hacerlo, dieron paso para que el sacrificio redentor para la humanidad ingresara a la tierra. Y así continuó el plan de Dios…

ESTUDIO
Provisión de Dios
“Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13, NLT).

VIVE LA PALABRA
La prosperidad es mucho más que dinero. La verdadera prosperidad es abundancia en todas las áreas de la vida: paz en nuestro espíritu, integridad en nuestra alma y salud en nuestro cuerpo. ¿En qué promesas de Dios te estás apoyando hoy para la prosperidad en tu vida? ¿Estás hablando de ellas con tus hijos? ¿Cómo te ha mostrado Dios su fidelidad en tu vida? ¿Recuerdas frecuentemente su bondad?

DECLARA EN VOZ ALTA
¡Dios se deleita en mi prosperidad! Él quiere que tenga una vida abundante, para que pueda ser una bendición para otros. Dios desea sobre todas las cosas que prospere y tenga salud, así como prospera mi alma (3 Juan 2).

Sé que mis talentos y habilidades vienen de ti, Señor. Gracias por confiar en mí para cumplir aquellas cosas que has planeado para mi vida. Hago un esfuerzo por recordar que tú, mi Padre, me das el poder para obtener riquezas, y eso está confirmado por tu pacto inquebrantable conmigo (Deuteronomio 8:18). ¡Eres bueno y tus misericordias perduran para siempre! Toda buena dádiva y todo don perfecto vienen de ti. Y puedo confiar en que suplirás todas mis necesidades. ¡La Vida Abundante es MÍA!

ESTUDIO DE LAS ESCRITURAS
3 Juan 2; Deuteronomio 8:18; Juan 10:10; Mateo 6:33; Filipenses 4:19;
Santiago 1:17; Efesios 3:16

APLICACIÓN
Dios está listo y es capaz de bendecir a todos Sus hijos, pero no lo hará simplemente derramándolo sobre nosotros sin que estemos preparados para recibirlo. Necesitamos estar listos para recibirlo. Es fácil posicionarnos para participar en Sus bendiciones.

PONIÉNDOLO EN PRÁCTICA HACIA LA VICTORIA
1. Confía en Él para que haga lo que dice que hará.

2. Cree que Su Palabra está llena de promesas y ponte de acuerdo en todas las cosas buenas que Él quiere que tengas.

3. Recibe humildemente y administra fielmente todo lo que Él derrama sobre ti.